Era un queso muy suave y cremoso que le hacía muy bien a la combinación con la carne de cerdo, a ver, tampoco soy un talibán con estas cosas, pero los quesos fuertes no los aguanto. El otro día en una cata de Borgoñas viejos empezamos con una buratta italiana que sí me gustó. Seguramente los quesos que te tomaste con Diego no los hubiera probado…me zamparía el Tokaji para desquitarme. ;-D
Saludos,
Eugenio.