La botella me la regaló un cuñado mío que es mexicano, como algo muy especial, hace ya unos cuantos años.
Ahí estaba e mi bodega criando malvas y embelleciéndola, porque el estuche es precioso, hasta que un buen amigo residente en Guadalajara (México) me empujó a adentrarme en el proceloso mundo de los añejos... del que ya no sé si tendré fuerza para salir...
;-)
Buscaré ese Feria de Jalisco a ver si lo encuentro, pero ya te avanzo que no es fácil.
Un fuerte abrazo
Aurelio Gómez-Miranda