Quiero dejar constancia aquí del comentario, de la explicación técnica y erudita que nos hace llegar Carlos Carricajo sobre del proceso de micorrización:
"Para micorrizar lo que se suele hacer es germinar bellotas que previamente se han esterilizado con algún desinfectante, en un sustrato, normalmente un lecho de arena, también estéril.
Cuando la raíz ha salido, con unos 3-4 cm, se sacan del lecho de tierra, con la máxima asepsia posible y se envuelven como si de un canelón se trataran, con la bellota en medio, en un material llamado melfert, que es como una bolsa de turba estéril de papel fino y poroso.
Se introduce el rollo en un cilindro de plástico fino y flexible, tan sólo para que no se desenvuelva el conjunto y aquí es cuando se prepara un caldo con trufa bien triturada y agua. A veces se añaden sustancias para mejorar la germinación de la espora o facilitar su adhesión a la raíz, a una razón de 2 a 3 g de trufa por plantón.
Se deja continuar el crecimiento de la bellota hasta que tiene unas 8-15 hojitas, que es cuando se planta. Durante este tiempo, la espora germina y avanza buscando raicillas del árbol para dar lugar al casamiento-simbiosis que tanto nos alucina a los humanos."