¡Gracias Joan!
La verdad que ya somos como de la casa en Solana :-)
Fue una cena verdaderamente copiosa, pero uno todavía es joven y aguanta una buena panzada sin tener que dar después un paseo. Me imagino que con los años tendré que bajar el pistón de comer y subir el ritmo de andar ;-)
Un saludo compañero.