Hace años los precios de los hoteles eran lo que más suponía económicamente en un viaje, a día de hoy con los buscadores en la red se consiguen precios muy asequibles. También entonces hacían negocio con las llamadas de teléfonos. A día de hoy el negocio le tienen en el parking (para un coche mediano para arriba en tamaño, son parking muy complicados para maniobrar) y en los desayunos.
Desayunos que en mi caso, no desempeño ni con mucho, suelo tomar un café con leche, un botellín de agua y una pieza de bollería y es que no puedo comer nada más a esas horas a riesgo de si fuerzo sentarme mal y eso a esos precios, no me resulta justificado.
En la gran mayoría de los hoteles, cierran la cafetería hasta que no se acaba el horario de desayunos, por tanto te obligan a tomar el famoso bufet (que entiendo que alguien lo desempeñe) o a buscar un desayuno en un lugar cercano, lo cual suele ser un incordio.
En los últimos meses he observado, en dos ocasiones (Cádiz y en Palencia) que te ofrecen la alternativa de un desayuno corto a 3 y 4.5 euros eran.
Lo que no entiendo es que un desayuno bufet, que lo que conlleva en el servicio, salvo esa famosa frase de la mayoría de los sitos de “me dice el número de su habitación” casi sin darte los buenos días, ni acomodarte en general, a ese precio y un menú en sala sea a casi el mismo precio.
Pero espero que tal como va la sociedad (que cambian los detalles y hábitos a ritmo acelerado), esto cambie en poco tiempo,