Tampoco al ocaso pero sí a una caída de calidad fruto del aguijón de la abeja de Rumasa en 1972. Hubo un periodo muy gris hasta 1985, cuando la empresa fue vendida al empresario Marcos Eguizabal, también propietario de Lan, Vinos y Viñedos y Bodegas Franco-Españolas. Durante estos años se hicieron grandes inversiones que orientaron la empresa a la producción de vinos de gama media-baja, se amplió el numero de barricas de la bodega de Haro hasta ser la que más tenía en toda Europa. Y todo esto sin disponer de viñedos propios, así que ya te puedes imaginar que se sacaba uva de cualquier lado sin mantener los niveles tradicionales de calidad de la casa. La obsesión de los Ruiz Mateos era producir cada vez más Banda Azul, llegando a producirse millones de botellas. Una locura!!!
Los gran reserva y el Conde de los Andes, elaborados en Ollauri, no sufrieron tantos estos cambios pero pasaron a ser productos residuales. Nada que ver con los vinos del 59 o 64. A partir de los 90 se ha ido recuperando el nivel y he probado muy buenos vinos de esos años (91, 94) aunque falto cierto nervio que los caracterizaba. Veremos si son longevos...