El gregoriano es a la música clásica, lo que este Cuvée Julien al vino. Una Pinot noir pura, punzante, austera, mineral y sin artificios.
Capa baja con ribete inexistente. Limpio y brillante, capa baja.
Nariz primaria, ahumada, con tonos a campo, trufas y mineralidad.
En boca el primer sorbo miente y parece indicarnos que nos encontramos frente a un maceración carbónica. Después todo viene rodado; flores, campo, fruta, ahumados, tabaco, humo, piedras...
Postgusto afilado.
Menos mal que todavía es un tipo de elaboración que o no se conoce, o no gusta o no se entiende. Espero que tarde años en ponerse de moda, así nos quedarán botellas interesantes a buen precio durante más tiempo.
Totalmente, jeje, y más en los tintos. Pero a mí sus vinos me apasionan, incluso el poulsard está que se sale. Hace muchas cuvées y hay de todo, creo que sus mejores vinos son Les Vignes de Mon Pere y el Vin Jaune, ambos mundiales en mi opinión.
Saludos,
Eugenio.
Eso de nariz pura...puramente guarrete, ¿no? ;-)
En todo caso me gusta, aunque más el poulsard.
Jajaja. Sí que es un vino algo guarrete, pero que le vamos a hacer, me gustan mucho estas elaboraciones. Del poulsard tengo una botella en casa que abriré un día de estos.
Un abrazo,
Siempre me han gustado más los Rolling Stones, The Who o Led Zeppelin...;-)
Un abrazo
El Kyrie Eleison también tiene su punto, Iñaki. Y precisamente un poco de paz es lo que me falta estos días ;-)
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