Botella borgoñona, nº 2397 de 8000, de etiquetado llamativo de letras blancas y fondo violeta con manchas negras.
Cápsula violeta con manchas negras que sale a presión con facilidad.
Cierre de corcho de buena calidad y longitud (4,4 cm) y buena anchura. Huele bien.
Sacado de nevera a unos 8-9ºC.
Visual
Amarillo dorado levemente pálido, con buena lágrima, brillante.
Bonito packaging, corcho y apariencia. (9,3)
Nariz
Bastante intensa y perfumada, muy varietal, fruta tropical (piña, lichis), algo de fruta blanca de hueso (melocotón), herbáceos campestres, notas balsámicas y cantos rodados.
La olfativa es buena, quizás algo golosona de más la fruta pero, en conjunto, muy bien. (8,8)
Boca
Ataque fresco y frutal, seco pero golosete a la vez (quizás demasiado), acidez media-alta, sabroso, levemente mineral y salino, de buen volumen, densidad media, cuerpo y estructura medias.
El paso por boca es agradable por la parte salina y mineral pero, para mi gusto, le penaliza ese punto de dulzor residual que me molesta y cansa un poco (imprescindible tomarlo por debajo de 9-10ºC).
El final es de buena longitud, frutal, goloso y sabroso pero donde ese rollo dulzón no me ha terminado de gustar y me desequilibra algo el vino. (7,5)
Por una parte, es una malvasía de Sitges interesante y peculiar pero, por otra, esos 3 gramos/litro de azúcar residual, EMHO, le sobran porque la acidez no acompaña (le falta acidez o le sobra azúcar residual).
Su PVP ronda los 12€. Correcta RCP sin más.
Intentaré darle otra oportunidad pero, a diferencia de otras malvasías de Sitges, ésta no me ha terminado de convencer (y me ha cansado un poco).