Otro de los vinazos tremendos de Alejandro Fernández... creo que poco más que decir.
La nariz es un canto a su tierra, con una tempranillo madura, que te muestra picotas, ciruelas, moras, flores marchitas, tierra húmeda... Es dulce, con esos toques avainillados y amaderados, con bombón licoroso muy suave, matorral, ahumados y esas notas balsámicas que le dan tanto frescor. Hay mina de lápiz, tabaco y notas sutiles de cuero. Nariz con cuerpo, potente.
La boca es carnosa, intensa, con esa fruta bien madura y jugosa, con ese toque dulce, pero acompañado por notas amargosas y mentolados, por flores y monte bajo, por tabaco de pipa y cueros, champiñones y notas trufadas, con ese toque de chocolate tan delicioso. Los ahumados y las notas de madera, se vuelven cremosos, con un tanino jugoso y rudo aún, que junto con su buena acidez hacen que este vino sea sápido y tenga una buena vida por delante.
Vinazo espectacular. De lo mejor que se puede encontrar en este rango de precios. Y cómo no, de Alejandro Fernández. Lástima que la bodega parece que se va a ir al garete, porque joyas como estas no se encuentran fácilmente.