Capa yodada que tinta la copa y menisco achocolatado.
En este vino el café duplica intensidad, el aroma a moras está muy acentuado, mucho cacao y regaliz. Se muestra intensamente especiado con notas de nuez moscada y el punto picante del clavo, vainilla. Balsámicos de monte bajo: romero, tomillo... Lácteos de leche condensada, con su crema y su canela.
La palabra equilibrio se me queda corta, quintuplicado, magnificado, elevado a la enésima potencia. Un sueño de café y chocolate, mora pero en compota, en mermelada ¡y no empalaga!!!!!!
Es difícil que con la repetición de adjetivos se pueda transmitir las sensaciones que te aporta, las alas que te elevan al firmamento...
Vino catado en Toro Albalá: La esencia de Montilla Moriles inaugura la III Experiencia Verema Madrid
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