Lamento tener que rectificarme sobre mi anterior comentario, pero por desgracia la belleza del local, no supera sus deficiencias culinarias y de servicio, cierto es que en la anterior ocasión fuimos a cenar y que además no había apenas ocupación de mesas, ergo todo es subjetivo según el momento que lo cuentas.
Segunda visita, esta vez a medio día, rechazamos la oferta de menús (no nos encajaba ninguno de ellos) y recurrimos a la carta, craso error, porque evidentemente a medio día, no se les ve preparados para salirse del guion.
Pedimos tres entradas, que tuvimos que ir negociando, ya que algunas de ellas no las podían servir por no tener genero, igualmente nos ocurrió con el vino, optamos por un Habla del Silencio que anunciaban a 18€ y después de seguir pidiendo otras referencias porque no les quedaba, nos decantamos por un clásico Muga, que ya nos incrementaba a 28€, pero ni por esas, al final le dijimos que era más sencillo que nos dijera que le queda, ofreciéndonos un Roda por 33€, es decir, del origen de 18, casi duplicamos hasta los 33€.
El camarero que nos atendió, despistado y acelerado, nos sirvieron platos del menú de otra mesa, que tuvimos que devolver por su error y lo peor de todo fue su supuesto “chuletón de buey” a 27€ que anuncian para 2 personas, que apenas parecía un bistec de poco más de 100gr perdido en una enorme pizarra.
Creo que tendrán que ingeniárselas un poco más, o aquello se convertirá en una fonda muy bonita.
Saludos