Para la última cena de nuestro periplo madrileño, habíamos escogido, tras leer todos los buenos comentarios aparecidos en Verema, como colofón, al restaurante Cañadio, en el que habíamos puesto muchas expectativas.
Nos personamos en dicho restaurante, situado en el barrio de Salamanca, el miércoles por la noche a eso de las 20h40. Habíamos reservado a las 21 horas, por lo que mientras esperábamos que abriese el restaurante, nos instalamos en la barra para tomar unas cervezas y poder admirar la atractiva exposición de pintxos que estaban diciendo todos cómeme.
La sala del bar estaba llena hasta los topes, tanto la barra como las mesas altas, y debo decir que me entraron verdaderamente ganas de quedarme allí para ir probando todos esos pintxos y raciones que se presentaban delante de mis ojos.
El restaurante tiene dos pisos, se accede por un comedor con la cocina a la vista donde deben haber, si no recuerdo mal unas nueve o diez mesas, y desde allí se sube al segundo comedor, en el que nos habían asignado la mesa. Salita, con una pequeña bodega acristalada, con unas 10 o 11 mesas bien vestidas, para mi gusto un poco demasiado cerca las unas de las otras, lo que conlleva una falta de intimidad y un importante ruido de fondo. Decoración moderna, con predominio del color rojo. Buena vajilla y buenas copas, aunque desgraciadamente no se habían secado tras el lavado y estaban llenas de rastros de agua, como también los vasos... es la primera vez que veo una cosa así en un restaurante.
El servicio merece un punto y a parte, ya que no estuvo en absoluto a la altura. A parte del Director de sala, excelente profesional, cercano y amable, que nos aconsejó para confeccionar el menú en función de nuestros deseos y de los platos del día y que vino a preguntarnos dos o tres veces si todo se pasaba bien y que incluso nos obsequió con una ración de tarta de queso, el resto de personal del piso superior, si puede decirse resto de personal a 1 camarero completamente perdido y a una sumiller que no daba abasto para ocuparse del servicio de mesas y de los vinos. El servicio fue lento, desincronizado, malo (tuvimos que pedir que nos cambiasen platos y cubiertos usados ... etc ) también hubo problemas con cocina que explicaré en su momento. El servicio del vino fue correcto, descorche, presentación del vino, degustación y servicio de cuando en cuando. La carta de vinos es correcta.
Mientras ojeábamos la carta nos sirvieron un aperitivo, invitación de la casa, Salmorejo y buñuelo de bacalao Bueno
Dejándonos aconsejar por el maître, optamos por los siguientes platos :
Entrantes para compartir:
Pimientos asados Carnosos, enormes, gustosos... un excelente plato del dia.
Niscalos y perrechicos con una yema de huevo en el interior para mezclar con las setas. Es la primera vez las comemos así, no estaba mal la mezcla. Otro buen plato del día.
Principales :
Lenguado a la plancha sobre laminas de patata pescado que compartimos MC y yo. Nos preparó el pescado delante nuestro la sumiller, pero pienso que no era su fuerte, mala presentación de los filetes. El pescado era pequeño. Estaba bien cocinado, en su buen punto de cocción, pero los hemos comido mucho mejores.
Solomillo buena mujer con puré de patata y setas Media ración. Perfecto punto de cocción. MC lo encontró excelente.
Callos receta de mi hermana Elena Media ración. Me parecieron suaves y ligeros, fáciles de comer, pero para mi gusto, y esto es puramente personal lo que no influye en absoluto en la calidad del plato, les faltaba algo de alegría, un poco mas picantes y creo que hubiese pedido otra media ración.
Rabo de vaca con mollejas y puré de patata trufada con una guarnición de patatas fritas y pimientos de Padrón Le sirvieron este plato a mi hija completamente frío (un restaurante así no puede permitirse un tal servicio). Tras reclamar que se lo cambiasen, se excusaron y se lo trajeron recalentado. Las patatas fritas estaban buenas, menos mal. No comment.
El pan que acompaño la cena fue muy bueno.
Postre:
Tarta de queso casera Invitación de la casa, mas media ración suplementaria. Riquísima, una de esas tartas de queso que quedan en el recuerdo.
Para beber, tomamos una botella de 1l de Solan de Cabra y una botella de vino blanco (tenia ganas como es habitual en mi de tomar una botella de blanco con crianza, y al preguntarle al sumiller me dijo que lo único que tenían era un verdejo),Tomás Postigo DO Rueda 2011 de Bodegas Tomás Postigo, cepaje 100% verdejo, fermentado en barrica de roble francés y americano durante 7 meses. No estaba muy seguro de mi elección en cuanto al verdejo, pero la verdad es que me gustó, lo encontré muy elegante, sabroso, persistente, largo en boca.
Finalizamos con 3 buenos cafés.
La cuenta ascendió a 50 €/persona. La RCP hubiese sido muy buena si todo se hubiese desarrollado normalmente, pero desgraciadamente no fue el caso. Fue verdaderamente una sorpresa negativa, que en vista de lo leído en la mayoría de comentarios anteriores al mío y si me baso en la esencia y "savoir faire" de la mayoría de los platos que degustamos, puedo deducir que tuvieron un malísimo día. Mis puntuaciones se basan pues en lo que fue y no en lo que pudo ser. Una cosa es cierta, cuando volvamos a Madrid volveremos para validar nuestra opinión, y esperó poder decir que lo ocurrido en esta ocasión fue únicamente un mal trago puramente ocasional.