Doblar el precio del vino también me parece un despropósito. El criterio para cobrar el vino más caro que en una tienda es el denominado servicio del vino (copas, atención del personal e inversión del stock) para eso los buenos restauradores aplican un precio de descorche, en los vinos baratos puede llegar a doblar el precio o incluso a superarlo, pero en los vinos caros, curiosamente, no llega ni a incrementarles el cincuenta por ciento, todo en función del precio que tenga la botella. Si no ando errado creo recordar que los recargos que he visto ultimamente están entre los 6 y 12 euros, con ciertas desviaciones aceptables. No es una regla general.
La costumbre de doblar o triplicar precios es obsoleta y desproporcionada.