Tiempo llevaba CUENLLAS mi lista de obligatorios, y aunque la imagen que me había representado no ha sido la acertada (acudía a mente imágenes más de El Fogón de Trifón), reconozco que las sensaciones han sido muy buenas.
Ambiente clásico y selecto, para un espacio no muy amplio (el restaurante por lo visto cerró, queda la tienda y la taberna), en el que el servicio es por supuesto muy atento y con recomendaciones muy acertadas (como pudimos comprobar).
Me sorprendió la carta de vinos, me esperaba otra cosa sinceramente (me pareció muy clásica y algo exigua), optamos por un acierto seguro VALENCIOSO 20007, que por supuesto fue un acierto.
La “ensaladilla rusa” muy buena, una de las más comentadas en la capital; en cambio el “pulpo a la gallega”, aunque gustó en la mesa, reconozco que no pareció gran cosa; el “salmón escocés” (ahumado en la sierra de Guadarrama por algún genio…) fue sinceramente una recomendación excelente y una propuesta excepcional; continuamos con un acierto absoluto (también recomendado): la “tosta de anguila ahumada sobre huevo revuelto”, superior. Finalizamos con un “lomo de buey”, bueno.
Sin duda alguna, una taberna diferente en donde pasar una gran velada.