Almuerzo para cuatro comensales. Comenzamos compartiendo unas patatas revolconas (fuera de carta) y migas extremeñas con un par de huevos fritos. Todo rico, sobre todo las jugosas migas después de mezclarlas con la yema de los huevos.
Como platos principales, unas buenas y tiernas carnes: chuletón de ternera, escalopines de foie al PX, presa de ibérico al roquefort y entrecot de ternera.
De postre compartimos una intensa tarta de torta del Casar y huevillos (especie de torrijas esféricas del tamaño de un huevo bañadas en leche).
Un tinto cacereño de la Ribera del Guadiana nos acompañó: Cávea 2013 (18 €) de la bodega Carabal. Cabernet sauvignon, syrah y tempranillo con once meses de barrica. Taninos sin domesticar posiblemente por falta de botella.
Mesas bien vestidas y menaje correcto.
Servicio muy eficiente, profesional y simpático.