Me gustaria comenzar diciendo que es uno de los únicos resturantes que después de recibir una estrella michelin ha continuado manteniendo los mismos precios y calidad en los productos que utilizan.
Fuimos hace años al antiguo restaurante y esta vez nos hemos encontrado con que han hecho unas grandes reformas. Han cambido su ubicación trasladandose unos pocos metros en la misma calle y han construido un hotelito muy acogedor encima del restaurant. El nuevo local es muy amplio, con una buena iluminación y distribución de las mesas; la cocina está situada en uno de los lados y tiene ventanas desde las que puedes ver como Pere cocina sus platos. Nos decantamos por el menu de temporada que consta de 3 platos (entrante, pescado,carne) y postre. Antes de empezar con el menú nos obsequiaron con unos bocaditos de: crema de yogur con anxoas, tomate con butifarra blanca y ravioli de manzana y butifarra negra. De primer plato nos sirvieron el puré de garbanzos con sardinas marinadas; de segundo la ventresca de atún con tomate confitado; en tercer lugar un entrecot con verduritas (la carne se desacía en la boca) y de postre una tartaleta de frutos rojos. Otro detalle son los petits fours que te sirven con el cafe al cual nos invitaron.
Destacar el agradable trato de Montse y sus recomendaciones en cuanto al vino y la gran finura de los platos que prepara Pere.
Os recomendamos que lo probeis y, si sois de lejos, podeis reservar una habitación en el hotel!!!
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