Restaurante (inversión) de lujo (inicialmente lo era) situada entre Tarragona y Reus que empezó siendo un proyecto exclusivo (tanto lo era, que “anunciarse” en la carretera era visto, como nos dijo el maitre del momento, como algo innecesario, pues la gente tiene que saber a qué viene y no queremos clientes “de rebote”).
Decía que era un proyecto exclusivo, que luego (re)llegó al aceite (que está muy rico), y que para bodas, banquetes y comuniones está muy bien.
Se notaba la mano de los Sumarroca en lo del aceite, que por cierto hace un par de años asumieron las acciones del Molí La Boella, dejando de lado el centro “de convenciones” y restaurante.
Quizás por eso el aceite sigue siendo excelente.
Lamentablemente del glamour del principio, quedan unas instalaciones para BBC fantásticas, un aceite excelente, y un restaurante muuuuuuy justito, que ha rebajado precios ostensiblemente pero que, proporcionalmente hablando, ha bajado más la calidad, llegando a un punto que creo que es más una almazara con restaurante, que no lo contrario.
El servicio es exquisito por lo bien intencionado, falta mucho para llegar a la excelencia, pero la juventud de los implicados les garantiza años de poner en práctica su profesión.
La maitre o cobradora, (es la persona que cobra por lo que vimos) no tiene esa juventud, con lo que la disponibilidad de años para el aprendizaje se antoja, claramente, menor. Creo que como las ganas que muestra.
El servicio del vino es muy simple y necesita claramente mejorar.
Las copas, la mantelería, la loza, es correcta y aceptable.
La comida está buena, es cara si la comparamos con la calidad ofrecida, pero está bien cocinada, aunque oscila el criterio de la cantidad, que a veces se excede, a veces se hace corta.
Repetimos porque íbamos invitados y uno es respetuoso con sus amigos, pero francamente es casi imposible que volvamos, por 60-70 euros por cabeza, con vino “sencillo”, hay muchísimas más opciones.
Estoy seguro que les irá muy bien en lo del aceite y muy bien en lo de BBC, son mercados donde la excelencia (en el primero) garantiza el éxito, y unas bonitas instalaciones y un catering de 150 euros por comensal hace interesante el segundo.
…como restaurante, “nunca mais”.