Se puede comer diferente. Mejor imposible

La Principal estaba en mi listado de “futurible” desde hace mucho tiempo y, cuando hablo de tiempo, me refiero a varios años atrás. El constante goteo de aperturas e inauguraciones de locales y un par de intentos fallidos de reservar (local completo) no lo habían permitido hasta el día de ayer. Había ganas, pues, muchas ganas. Sabíamos a lo que íbamos, no había expectativas creadas, pero sí cierto compromiso histórico con esta casa que, según todo lo leído, da tan bien de comer.

Echando mano de una frase acuñada podríamos afirmar que el local como espacio “cumple con todos los estándares de calidad”: Amplitud, techos altos, espacio entre las mesas, inmejorable insonorización, correcta iluminación, mobiliario cómodo a la par que sencillo, todo muy funcional pero a la vez elegante. Se ha invertido capital y eso da los frutos esperados. Algo parecido podríamos decir sobre el personal: experiencia y juventud aunadas, cercanía y corrección… Entorno pues a la altura de lo esperado.

Carta de las que podríamos catalogar al 100 % como “de producto”: embutidos, quesos, conservas, ensaladas, mariscos, carnes… Todo en ella resulta atrayente como también los platos que vemos llegar a las mesas colindantes. Confeccionamos la comanda para compartir todo al centro (tres personas):

- Tartar de atún rojo: Primer plato y declaración de intenciones del local: un atún de calidad extrema tratado con respeto, sin condimentos estridentes: unas rodajas de aguacate y un lecho de alga wakame que preferimos degustar casi por separado para disfrutar al máximo del atún. Acompaña una jarrita con una salsa con marcado cariz oriental. Rica.

- Steack Tartar: seguimos con el festival crudívoro y con este homenaje al producto de calidad: todos los ingredientes finísimamente cortados, incluso la carne (un pelín en exceso a mi gusto) y con predominio absoluto del sabor de la carne. No preguntamos por el aliño pero creo que es mínimo y que se ha prescindido de la siempre presente salsa Worcester. Acierto. Una especie de muselina de mostaza acompaña el timbal del steack.

- Navajas a la plancha (6): no son enormes, tampoco pequeñas, pero, eso sí, de gran frescura y con el punto exacto de cocción. Las tomo con unas gotitas de AOVE y aprovecho este inciso para loar el servicio de pan, aceite y sal. Dos panes sublimes, tipo chapata casera uno, de aceite el otro, hacen nuestras delicias.

- Flor de calabacín con queso y anchoa en tempura: Un bocado muy bueno para los amantes del queso pues sabe principalmente a eso. La anchoa queda muy neutralizada por ello. La tempura uniforme y muy fina, para nada aceitosa.

- Canelones de carrillada, setas y trufa: Otro bocado digno de reyes. No son de gran tamaño (tres bocados cada uno) pero la trufa es usada con generosidad y su presencia en boca es arrolladora. El plato despierta aquellos comentarios del tipo: un día vendremos y nos pediremos una fuente entera de éstos.

- Rabo de vaca: Plato final que, aunque muy rico, no despierta la admiración de sus predecesores. La carne, muy bien guisada, se desprende con facilidad del hueso y está extremadamente melosa. La salsa más delicada que en otros lugares con ausencia del recurrido vino tinto, me aventuro a decir. Yo lo echo en falta.

No hemos pedido postres y nos hemos pasado directamente a los cafés. Mención especial para éste. En este festín de producto no podía haber una nota discordante y el café, por supuesto, se suma a la lista de preparaciones “gourmet”. Después unos combinados: GT de Mombasa con Fever Tree y 1724 y vodka Belvedere con zumo natural de naranja. Deliciosos. Son especialidad de la casa.

En la carta de comida venían algunas sugerencias sobre vinos y mis ojos se han abierto de par en par al ver El Rincón y a un precio que considero razonable (21,00 €). Me encanta este vino y hacía tiempo que no lo veía por ahí. De cabeza, con lo cual no he ojeado la carta de vinos que se presume extensa e interesante, vistas las botellas que adornan las paredes del local.

Como conclusión, me reitero en el titular de mi valoración. Se puede comer muy diferente, buscar la sorpresa, la vanguardia, la emoción, incluso, pero, con ello, conseguiremos comer igual de bien que aquí. Mejor imposible.

  1. #21

    Antoni_Alicante

    en respuesta a Isaac Agüero
    Ver mensaje de Isaac Agüero

    Sí: las navajas, el atún, la carne...

  2. #22

    Hambrebuena

    en respuesta a Antoni_Alicante
    Ver mensaje de Antoni_Alicante

    Eso es Fer, que no me ha llevado ;-P

    Y encima este año no renovamos los pases... El fútbol en casa!

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar