Para no perdérselo

Qué lastima que este local se encuentre a casi tres horas en coche de mi casa. Si no... Dispone de un gastro-bar en el sótano que visitamos antes de acomodarnos en el salón de la planta baja. Decoración moderna con una gran vinoteca iluminada al fondo, mesas bien vestidas y bastante separadas entre sí y sillas muy cómodas.
 
Cena para seis comensales. Aparte de la carta ofrecen dos menús, gourmet y experiencia. El segundo contiene al primero. Cinco comensales elegimos el más corto, al tratarse de la cena, compuesto por aperitivo, dos entrantes, plato principal a elegir entre dos, postre a elegir de la carta y petit fours. El sexto comensal prefirió la carta.
 
Aperitivo: tostas de salmón ahumado y queso azul. Bien.
 
Primer entrante: huevo a baja temperatura con espuma de patatas y trufa negra, migas extremeñas, láminas de foie marinado y puré de hierbas. Muy rico.
 
Segundo entrante: tataki de presa de ibérico con trazo de mostaza de hierbas, micro-brotes y chips de patatas moradas. Estupendo.
 
Principal elegido por tres comensales: taco de bacalao skrei confitado en aceite de oliva Gata-Hurdes de ajos con estofado de mejillones, trigueros y espuma de hinojo. El mejor plato de todos, excelente, una combinación extraordinaria de sabores con producto de gran calidad.
 
Principal elegido por los otros dos comensales: entrecot de vacuno asado al carbón con espuma de apio-nabo, polvo de piquillos asados, aire de boletus y reducción de su asado.
 
Los postres elegidos fueron los siguientes: torrija caramelizada con salsa de Baileys y helado de nata (sublime la torrija), degustación de helados caseros con teja de almendras (tres bolas de frutas del bosque, nata y vainilla) y cookies con salsa de vainilla y helado de nata, nueces y miel.
 
De la carta se eligió jamón ibérico acompañado de pan payés a la brasa con tomate rallado, cebollino y AOVE y un chuletón de vaca de 1 kg con patatas fritas y piquillos.
 
Buena y completa carta de vinos de la que elegimos tres extremeños. Empezamos con un curioso Suerte del Rey 2017 (15 €) de gewürztraminer. Le sobraba dulzor y le faltaba acidez. Sin duda la estrella de la cena fue el siguiente, Xentia 2014 (29 €), 51% de graciano y 49% de syrah. Es el vino top de Pago de las Encomiendas con 14 meses en roble francés nuevo, maduro, corpulento, aterciopelado y largo, muy bien hecho. Fue perfectamente aireado por contener precipitados naturales. Terminamos la cena con un fresco Palacio Quemado La Zarcita 2017 (16 €).
 
Los petit fours (mini-magdalenas y trufas de chocolate) acompañaron a un licor casero sin alcohol de arroz con leche.
 
Tres tipos de pan: blanco, de aceitunas negras y de pasas y nueces.
 
Buen menaje, copas Schott.
 
Servicio eficiente, agradable y simpático.
  1. #3

    Miryam777

    Como bien a indicado Victor en el comentario anterior, el restaurante se divide en dos niveles, con entradas por puertas independientes y con conceptos muy bien diferenciados. Añadir que en el gastrobar se puede degustar el 50% de la carta de arriba junto a otras propuestas gourmet para compartir, con un ambiente más informal en el que , además de animado ambiente, sus propuestas gourmets y su abultada oferta de tapas, este gastrobar esconde otra sorpresa más. Sus paredes actúan de galería de arte para promocionar las obras de artistas locales.

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