Tres estrellas

Lo que dices no falta a la verdad, pero creo que el restaurante ha ganado en luminosidad pero ha perdido en entrañable, y se ha hecho "parecido" a otros (de los cuadros no hablo porque no se comen). Y hay que alabar la valentía de Toño y José en la aventura que se han embarcado, para los duros tiempos que corren. Lo que pasa, amigo, es que creo que deberíamos "sobreponernos" a la peculiar Guía Roja, de criterios más que discutibles, y hacer de esta página nuestra la verdadera Guía de la Verdad, donde las críticas no huelan a comentario de exposición laudatoria de arte abstracto (las más de las veces con tufillo a pago de favores). Aquí dejo la propuesta. Si hay soles de Repsol, Cucharas, Tenedores o Estrellas, demos "copas" (de las Riedel, las mejores como se publicó en un muy buen trabajo en Verema de 11 de julio de 2012). De una a cuatro. (aprobado, notable, sobresaliente y de matrícula). Y para los malos, que también los hay, demos "chorizos"' hasta tres (malo, peor y pésimo). Chorizo, claro está, en la segunda acepción de nuestro diccionario.

Hola, estoy de acuerdo con lo que indicas de la guía roja, yo particularmente no me guio por ella para elegir un restaurante, ya que en la adjudicqcion de las estrellas los criterios, desde mi punto de vista, no son excesivamente objetivos.En cuanto a los comentarios sobre favores, te aseguro que no es mi caso, en Atrio tratan de forma excelente a todo el mundo.El resto es cuestión de gustos y preferencias y todas me parecen respetables.

Lo de los favores no lo decía por ti, ni mucho menos. Me refiero a las críticas de los profesionales de la cosa (empezando por la Michelín). Por eso los veremeros me ofrecen más garantías. Yo estuve en Atrio el verano pasado, y además del calor enorme que recuerdo con horror, el homenaje que nos dimos fue importante, y como estábamos dos mesas (comida de día no festivo) la atención, ya de por sí buena, fue de sobresaliente. Sólo que salí con cierta sensación de haber tomado un aperitivo muy laaaaaaaaargo.