Tras la cata anterior , el vino ha crecido , integrado y complejizado. mantiene la misma boca poderosa de la cata anterior, pero en nariz mejor. Muestra una fruta negra profunda e integrada en su crianza. recuerdos de brea, carbón , tierra. Complejo , equilibrado , persitente e intenso, CIPE¡¡¡

Porque le ha costado expresarse y, en boca, era de todo menos "Toro".

La nariz, al principio, hermética. Se notaban los tostados, las especias picantes y una fruta madura de fondo muy tapada. Luego se asoman los balsámicos, las notas minerales, el matorral, las flores y una madera bastante marcada. La fruta sigue de fondo, sin ganar nada de potencia. Se queda muy corto y poco expresivo.

En boca, pues una astringencia marcada, con la fruta crujiente tapada por las especias y por esos tostados. La barrica está muy marcada, con unos balsámicos frescos y unas notas vegetales amargosas. Le damos tiempo, se abre un poco y te da ese toque mineral y de matorral, de tierra húmeda y..... ahí se queda, con un postgusto corto y sin fruta.

Igual era mi botella o que está en una fase muda o tonta, pero es que ya llevo dos añadas que no me dicen mucho y no sé si le daré otra oportunidad :-(

Me ha sorprendido mucho la timidez de mi botella en nariz, en contraste con su exuberancia en boca. En nariz, se muestra cerrado al inicio, casi plano. Se va abriendo...muestra matices de fruta computada, negra, balsámico, algo de fruta en sazón , complejidad, pero en un contexto olfativo muy moderado. En boca impresiona, para muchos resultará excesivo, parece increíble su potencia frutal y especiada , seis años después. Un torazo sin paliativos. Mermelada especiada en boca. Poderío..

Y por fin llega el momento. Qué ganitas tenía de probar un Numanthia. Es uno de esos vinos, que por X o por Y, nunca se dejaba cazar... pero llegó la hora, je,je... Lo abrimos y esperamos una horita antes de proceder con su valoración a 16.5°C. Fantástico el corcho, largo, compacto y tintado 1mm desde su base. Preciosa la botella, imagen austera y seria.

VISUAL: De color rojo picota de capa muy alta con un precioso ribete cardenalicio. La lágrima es tintada, fina, esbelta y abundante. Apreciamos una ligerísima turbidez, pero su aspecto es sobresaliente (92).

OLFATIVA: En primer término asoman unos intensos aromas acompotados de frutos negros (moras y arándanos). Al agitar encontramos unos balsámicos muy elegantes, a regaliz y eucalipto mentolado así como unas delicadas notas especiadas de pimienta negra, nuez moscada y clavo y unas sutiles fragancias de flor azul (violetas). La verdad es que es un no parar aromáticamente y al rato aparecen apuntes minerales de tinta china, unos elegantísimos tostaditos de la barrica, notas de castañas asadas y un final entre licoroso y amaderado, como a duelas envinadas. Fantástico en su complejidad y de intensidad bastante alta (94).

GUSTATIVA: Es exactamente tal y como lo esperábamos, con un punch impresionante. Carnoso, corpulento, denso, de gran amplitud y con una brutal acidez. Paso por boca seco y "masticable", con los taninos de gran calidad y presentes desprendiendo aromas retronasales de flor azul y también con el elegante recuerdo mineral. El post-gusto es apoteósico, una bomba frutosa, fresa, mora, frambuesa, arándano y grosella, un festival de frutos rojos y negros que apabulla el paladar acompañado por unos deliciosos apuntes especiados de pimienta negra. El fondo es amaderado, con los taninos viniendo desde el alma del vino y resaltando esas notas de roble. Servirlo a 16°C es perfecto pues aligera su gran potencia y ese cuerpazo. Vino parkerizado, pero en un límite justo, de alta extracción, pero perfectamente equilibrado. Se aprecia claramente la altísima calidad de la materia prima, con unas uvas que transmiten elegancia y con una exquisita elaboración en su crianza y posterior afinamiento en botella. No nos ha defraudado en absoluto, menudo vinazo este Numanthia 2015 (94).

La RCP la calificaré de excelente, pues lo conseguimos en una oferta por 29 euros y normalmente está por encima de los 35 e incluso de los 40 euros.

MARIDAJE: Abrimos la botella con nuestro surtido de jamón y embutidos ibéricos con queso curado de oveja. Al siguiente día acompañó un riquísimo pollo al ajillo y nos la terminamos con unos bistecs cuencanos con verduritas a la plancha. Nos quedamos con el maridaje con el embutido pues la alta intensidad y la corpulencia de nuestro vinazo fueron el contrapunto perfecto para armonizar con los intensos sabores cárnicos y grasos de nuestro platazo de jamón, queso y embutidos. Qué disfrute compañeros, menudo gustazo!!.

Salud-os!!