Perdóneme usted, señora pizza por haberle sido infiel todo este tiempo. Pues eso, que havía mucho mucho tiempo que no me sentaba a cenar pizza en un restaurante y ya me apetecía. Y mucho. Por supuesto que ha habido "pizza y peli" en casa, més bien "pizza y furbol" en muchas ocasiones y, además, bastante buenas. Pero eso de sentarse a la mesa de un italiano y disfrutar ya hacía posiblemente años que no lo gacía. Hubo una intentona en este mismo local una noche de agosto de esas de "pensat i fet", pero, lógicamente, estaba al completo (digo lógicamente por las impresiones que me llevo de este lugar).

Llegamos y como ha refrescado un poco pedimos mesa dentro. Una vez dicho, pasamos y, en principio, nos arrepentimos enseguida. Un duo de músicos ameniza la velada para los "guiris": guitarra acústica y voz. Al poco de estar allí ya nos han cautivado: repertorio veriado, voz sugerente, conocimiento y experiencia... Una gozada, sí señor!

Pedimos dos cervezas y ojeamos la carta. Ésta, al igual que los platos que vemos salir en las mesas contiguas, tiene una pinta espectacular. Menos mal qu hemos visto a "nuestros vecinos"! Si no, hubiésemos pedido en exceso: las raciones son enormes. Omptamos por compartir una ensalada y una pizza.

- Ensalada de espárragos verdes, setas y gambas: lecho "bestial" de brotes tiernos variados con un saltado de espárragos, champiñones y gambas de tamaño importante. Rica. El salteado recién hecho, demasiado caliente para tomar en una ensalada.

- Pizza de la casa: setas (rebozuelos), rúcula y trufa. Espectacular en tamaño y sabor. Una señora pizza de masa finísima /casi no se puede comer con las manos) con abundante "relleno". Espectacular el guiso de las setas con la trufa.

Carta de vinos surtida y a precios habityuales en la zona, un pelín por debajo de lo normal, incluso. Como mi acompañante no quiere beber, pedimos un Campillo botella pequeña (nada espectacular). Acabamos con café y manzanilla.

Local acogedor (sugiero visitar http://www.sangiuseppe.es). Servicio profesional quiza poco comunicativo, pero muy eficaz. Repetiremos, seguro!

Dado el buen sabor de boca que nos dejó este restaurante en nuestra primera visita decidimos repetir, en esta ocasión, para una celebración en pareja.

Mientras esperábamos que sirvieran los primeros platos nos trajeron una bandeja con aceitunas, all i oli, queso i mortadela acompañado de dos tipos de pan, uno de aceitunas negras y otro tipo chapata.

Empezamos con dos platos para compartir. La "Cesta de queso parmesano relleno de mezcla de setas con salsa de ajo y romero" que tanto nos gustó la primera vez, y lo volvió a hacer en esta ocasión, y un "Risotto con azafrán, queso parmesano y mantequilla". Sencillo pero sabrosísimo y con un punto del arroz perfecto.

En todo momento el servicio fue atento y cuando vieron que la mesa se nos quedó pequeña con las copas, los platos al centro y los platos individuales, más el pan, rapidamente nos acoplaron una pequeña mesa de servicio.

Como principales, mi mujer pidió un "Magret de pato con manzana, almendras y salsa de Calvados" y yo un "Solomillo de ternera con foie y salsa madera". He de destacar la calidad y el tamaño del solomillo, enorme, al igual que el plato de risotto.

Bebimos un Pago de Carraovejas 2009 en copas Riedel y rellenado de las copas en todo momento.

En el postre probamos la "Tarta caliente de chocolate y almendras con helado de vainilla y crema de Mascarpone".

La comida estuvo a la altura que nos esperábamos y buscábamos y solo puedo comentar un pequeño pero que no afectó en demasía. Dado que el restaurante apuesta con fuerza por el buen trato del vino y tiene una carta bastante amplia me sorprendió que no tuvieran ningún vino dulce por copas para acompañar el postre.

Seguro que seguiremos visitando este restaurante, sobretodo por su gran servicio.

Hoy he tenido una grata sorpresa al comer con mi pareja y seis amigos más en este restaurante italiano de Denia que no conocía de nada. Tienen una web muy completa donde encontramos la carta de comida y vinos con sus precios, así que no hay sorpresa posible con la cuenta.

Se encuentra alejado del centro de Denia. En la carretera de las Marinas, en una zona residencial y ocupando una especie de chalet con jardín y piscina. El entorno es muy agradable y el comedor es bastante amplio aunque se podría mejorar la separación entre mesas.

Al llegar nos encontramos una mesa bien puesta con una vajilla y cubertería de calidad. Toda la cristalería (agua, vino y GT) Riedel.

Pedimos como entrantes:
-Un par de ensaladas romana con frutas del bosque, queso de cabra a la plancha, tomate cherry, piñones y vinagreta de balsámico. No nos convenció. Bastante desangelada.
-Dos cestas de queso parmesano relleno de mezcla de setas con salsa de ajo y romero. Muy bueno.

Después cada cual pidió su plato. Cuatro tipos diferentes de pasta: -Tallarines con boletus y trufa con salsa de queso parmesano.
-Tortelloni rellenas con salmón ahumado y ricotta en salsa de Gorgonzola con piñones tostados.
-Ravioli relleno de ricotta y espinaca con bacon, champiñones, nata y tomate.
-Pasta rellena de ricotta y espinaca con salvia, salsa de mantequilla y queso parmesano.
Todos muy buenos excepto los tallarines con trufa que estaban bastante sosos.
-3 pizzas variadas de masa finísima y diámetro exageradamente grande.
-Solomillo de ternera trinchado sobre lecho de rúcula con balsámico y queso parmesano. Muy bueno.

Bebimos cervezas en el aperitivo y después 2 botellas de Pago de los Capellanes Joven 2010 (17.50E) y una botella de Pago de los Capellanes Crianza 2007(29.50E). Nos los dieron a probar, rellenaron copas y nos las cambiaron al cambiar el vino.

Para acabar cafés y 3 GT de Bombay Saphire con Schweppes. Todo por 31 euros por persona.
Salí con ganas de volver a probar otros platos de la carta y a disfrutar de un servicio muy atento.