Local situado frente a la entrada de la lonja, con una moderna y agradable decoración de estilo marinero, muy luminoso puesto que tiene dos fachadas al exterior, nos colocaron en una mesa amplia al lado de un gran ventanal, las mesas convenientemente separadas unas de otras, vestidas con manteles blancos y servilletas de tela del mismo color

Cocina típica de la zona a base de pescados, marisco y arroces.

Compartimos solo un entrante, calamares a la romana ración abundante con buen rebozado y calamar muy fresco, seguimos con arroz a la cazuela Can Blau, con sepia, mejillones, cigalas y costilla de cerdo para potenciar el sabor del sofrito, arroz meloso servido en caldero en el centro de la mesa, bueno y generosa ración.

De postres dos sorbetes, uno de mandarina y otro de mojito que ayudaron a refrescar el paladar.

Una botella de vino Els Capricis de Vilarnau, cien por cien xarel-lo joven de la cosecha 2018 elaborado en Sant Sadurní d’Anoia por Vilarnau, servicio consistente en descorche y primer llenado

Finalizamos con dos buenos cafés.

Servicio algo alocado y despistado, falto de dirección todos hacen de todo y atienden a todas las mesas, joven, poco profesional y con falta de empatía

Decidimos visitar este restaurante por recomendación del amigo ManuBCN.
En plena Costa Brava y estratégicamente situado en la entrada del puerto y junto a la lonja, local de decoración típicamente marinera y por descontado comida 100x100 marinera.
Para tres personas pedimos,
Mejillones pequeños al vapor, 8’95€
Berberechos Plancha, 13,70€
Gamba pequeña de Palamós, 14’75€ (pero pequeña de verdad)
Atún a la plancha, 11’50€
2 de Suquet de Rape, 20€ c/u. (Bueno pero para mi gusto muy fuerte de sabor, particularmente me gusta más suave tipo Can Narra)
2 de Helado de turrón, 7’60€ los dos
Pastelito, 5’30€
Refrescos, cava, pan,
Se nota la crisis en pleno puente de San Juan y había muchas mesas vacías.