Restaurante Culler de Pau en O Grove
Restaurante Culler de Pau
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
40,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Martes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
77 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.2
Comida COMIDA
8.5
Precio medio entorno ENTORNO
9.0
RCP CALIDAD-PRECIO
8.1
Lubina con mantequilla de algas y calabacín
Crustáceos con salazones y semillas de Padrón
Tomatitos con huevas de San Martiño, aceite de Entrimo y nori helada
Frutos rojos con Cebreiro, ganache de chocolate blanco y fisalis
Sardina marinada
Opiniones de Culler de Pau
OPINIONES
10

Tercera visita, hacia años de la ultima, mucha curiosidad por ver como iba, cosas nuevas, aumento de parking y entrada por la zona de abajo, eso si ha cambiado, la cocina y la sala siguen siendo de una elegancia y sutileza como recordábamos.

Local diáfano, amplio, mucha luz y vistas al mar y a la huerta.

Servicio impecable, el nuevo sumiller muy atento y la joven que nos atendió con mas paciencia que el santo job, ya que la volví loca con mis preguntas.

Empezamos con varios aperitivos, unas aceitunas gallegas muy ricas, una infusión de hierbas frescas, kombucha, es como el kéfir, pero en vez de leche, te, y unas piedras de hielo de jengibre, diferente.

Merengue seco con sardina en salazón y una moreira encurtida aparte y como ultimo aperitivo remolacha de la huerta encurtida con unas bolitas de kéfir , debajo de la remolacha un tartar de remolacha con mantequilla , muy bueno , todos los aperitivos de producto cercano y reconociendo sus sabores y propiedades.

Percebe en fondo de roca, buen producto con el mínimo toque, si bien es verdad que es el que menos nos emociono, yo prefiero el percebe al estilo tradicional.

Espárragos de mar (Salicornia) y espárragos de tierra, al denté con una crema de espárrago blanco y un licuado verde de verdolaga de tierra, muy rico.

Hierbas de Adelina , un crocante de arroz con tinta de choco , eso como base , hierbas , una emulsión de buey y anchoa , cebolla , brotes y sardina ahumada , ketchup casero , polvo de aceitunas negras , muchísimo sabor , nos gusto mucho .

Bonito marinado de Burela, una salsa de encurtidos y vinagreta de tomates secos, a nivel.

Espinaca al horno , con tres caldos , kombu , lacon y tomate , debajo de la hoja asada de espinaca un triturado de espinaca con un poco de nata , esto y el aporte de los caldos da una interesante resultante gastronomica .

Zanahoria sobre cocida y pese a esto al dente, pomelo, crema de zanahoria y pequeños cubos de queso de la zona , huevas de trucha , original combinación , simple pero efectiva , así definiría la cocina de Javier , elegante , sutil , sencilla , practica y con sabor y producto cercano , huerta al lado , mar en frente .

Cebolleta en tempura, caldo de salazones y melisa, puntos de ajo negro, patata chip, cebolla crujiente, papada de cerdo y unas gotas de aceite especiado, brutal.

Solomillo de vaca gallega cocinado a 50 grados durante una hora, unos puntos de vinagreta de hierbas, una carbonara de leche, se saca la nata de la leche, se tuesta y se hace un rulo, para loco de los lácteos como yo chapo, y acelga, muy buena la carne, pero muy buena, de la raza candela.

Mero con caldeirada cítrica junquillo e hinojo, espuma de pil-pil, patata y acelga, muy bueno, todo a un nivel notable, como recordábamos.
Panceta ligeramente picante, ciruela, brotes de espinaca, limón y verdolaga de playa, se aprovecha todo el mundo vegetal, el terrestre y el marino, hierbas, algas, entre panceta y panceta pan crujiente empapado y trocitos de lomo.

Antes de los postres me preguntaron si quería un poco de queso, obvio, tres quesos muy ricos, no recuerdo procedencia, pero categoría.

Sopa de trébol bravo, frambuesas del huerto, kefir y elaboración con nitrógeno de fresas.

Kombucha de hibisco y frutos de Adelina, que es la señora que cuida el huerto, granizado de limón y albahaca, piel de limón deshidratada.

Tarta de Santiago de otra manera, claro, yema de huevo, frutos cítricos con brandy, praline de almendra, bien, sin más.

Para beber una botella de trico por 28€, para la carne una copa de Aregoa 2013 , 4,5€ y para el postre un oporto , kopke vintage 1996 , detallazo de la casa y unos petit para el café , para Uxue una pasta con tomate y media de croquetas 23€ las dos cosas, los menús 95€

En resumen un sitio para ir y disfrutar de una cocina gallega sutil, sencilla pero con mucho trabajo detrás, charlamos un buen rato con Javier Olleros, que se acordaba de nosotros, una persona simplemente encantadora, sin dobleces, ya disfrutamos de su compañía las veces anteriores, te gana su cocina y mas su persona de diez.

Como ya comente , procurare poner en el precio , lo que pago por el menú degustacion , o en otros casos lo que pago por comer , como siempre pongo precio de vinos y extras , dependerá de lo que beba cada uno , pero la comida estra siempre mas acertada así.

Tras la estancia de Javier Olleros en Madrid en el formato “the table by”, he de reconocer que quería profundizar en su cocina.

Culler de Pau está situado en la Península de O Grove en el barrio de Reboredo. Espacio de amplios ventanales, desde que los que se divisan varias huertas y el mar. Tonos blancos que sacan el máximo provecho a la luz que invade la sala. El atardecer desde la primera fila de mesas es el aperitivo ideal para comenzar una cena en Culler de Pau.

La cocina de Olleros me ha resultado elegante y sensible huyendo tanto de la contundencia como de una sencilla y aparente suculencia de corto recorrido. Por otra parte es cercana y fiel al entorno donde está enclavado al restaurante. Se nutre de lo que se ve, de la huerta y del mar. Por otra parte, Javier no evita el riesgo dando relevancia a productos comunes pero excelentes como la zanahoria, la cebolla, la leche, el choco, el bonito.

Se abre boca con un suave gazpacho con caldo de moluscos. Una representación y un guiño de esa cocina de huerta y mar que mencionaba anteriormente. Un guiño al sur con uno de los productos más preciados de la cercana ría. Buen comienzo.

A modo de aperitivo las hierbas de Adelina, con crocante de arroz negro, crema de anchoa y sardina ahumada. Finamente salado y aderezado de esos matices herbáceos que aportaban una ligera profundidad. Sabroso y trabajado.

De original se puede calificar el calabacín, con percebes y sopa de pescado. Ésta última nos llega a través de un fondo corto de pescado y un helado de ajo. Descoloca ligeramente la temperatura del plato, como si de una “sopa fría” se tratase en la que el percebe actúa como un lujoso ornamento. Personal.

A continuación el bonito de Burela, con encurtidos y vinagreta de tomate. El pescado tanto en crudo (tartar) como en un ligero cocinado acompañado de esa acidez que combina de maravilla proveniente de un refinado encurtido. Aplausos.

Personalmente el primer gran plato lo encuentro en la vieira, lacón, caldo de kombu, minipuerros, semillas de padrón y minihuevas de rodaballo. Un plato plagado de pequeños detalles que todos juntos conforman una orquesta que suena de maravilla. Ese punto marino del alga aderezado por el picante de las semillas por un lado y el dulzor de los puerros por otro. La vieira (gran textura) se complementa de maravilla con la grasa del lacón. Sobresaliente.

Olleros no se aleja del abismo al plantear un plato como la zanahoria y sus matices. En crema, de forma cruda, en láminas y buscando diferentes urdimbres. Pase para reflexionar sobre lo que un solo ingrediente nos puede dar y que también actúa como un pequeño paréntesis que suaviza el paladar.

En el pódium se sitúa la cebolla en tempura con jugo de salazón, aceite especiado y papada ibérica. Un fino equilibrio de nuevo entre el dulzor de la cebolleta y la salinidad de un pulcro jugo de salazón que se eleva con la presencia del cerdo. Sabores presumiblemente fuertes que Javier doma para que nos parezcan tan sutiles que a veces rozan convertirse en tenues. De altísimo nivel.

Los chocos están en plena temporada y se les saca partido de forma sencilla a través de un bocadillo. La tinta y el huevo a modo de salsas y también unas acederas de la huerta como acompañante. Me falta ese punto canalla de utilizar las manos para verdaderamente sentir que estoy comiendo un bocadillo, aunque los chocos tuvieran una lámina fina de pan alrededor.

Un pase que refleja el entorno del que antes hablábamos es el denominado solomillo de vaca, la hierba y la leche, que además está acompañado de una carbonara de queso San Simón. La carne a modo de roast beef resulta de elevada jugosidad y duradera en cuanto a sabor provocando que los secundarios se comporten como lo que son. Leche, queso y una vinagreta de hierbas, eneldo, estragón, berros y mastuerzo que aportan un tono de frescor y acidez. Un plato emotivo, un anzuelo para la memoria del campo. Muy notable.

Tardaré tiempo en olvidar la merluza con mantequilla ahumada y ruibarbo. La osada utilización de un ingrediente que lamentablemente parece que esté denostado en la cocina es una forma de poner en valor la ganadería. Todo en su medida puede ser correcto, pero no olvidemos que el Norte de España hay más vacas que olivos. La mantequilla acompaña, da un revestimiento ligeramente ahumado a una espléndida merluza. Un delicado e inteligente mar y montaña con esos puntos de ruibarbo que aclaran ideas y paladar.

En cambio la anguila, jugo de tuétano y endivia no me resultó un plato atractivo. El pescado tratado como una pieza de carne perdía ese punto de brillo y vigor que es su verdadera personalidad. Ese fondo cremoso de tuétano sí que era puro vicio; droga blanda.

De la observación surge el prepostre tres mentas y frutos de Adelina. Tuve el placer dos días más tarde de conocer a esta señora que desde su niñez habla con la naturaleza. Adelina tiene una huerta ecológica, frondosa y variada. Además cuida el huerto de Culler de Pau y forma parte de la plantilla del restaurante. Un pozo de sabiduría que surge de la contemplación y el análisis durante años. 30 minutos para el recuerdo, para darme cuenta de todo lo me queda por aprender, de la humildad que necesitamos. En cuanto al postre, refrescante, natural, fruto de cultivos contiguos. ¡Madre mía, que frambuesas, fresas y moras! El esplendor del producto y la transformación desde la aparente sencillez. Gracias Javier.

En esa misma línea de postres frescos y con toques vegetales apio, chocolate blanco, aguacate y polvo helado de yogur. Ligero, levemente etéreo y de agrado para el paladar.

De nota, me ha parecido la versión “olleresca” de la Tarta de Santiago. Almendra en forma de crema helada, huevo (fíjense en el color) y un merengue crujiente de poco dulzor que aporta textura y sutileza. Espléndida.

Cocina de estilo personal, que no busca el aplauso sencillo. La técnica se esconde y no forma parte de la proa del plato. Los sabores no se presentan excesivamente marcados, más que aristas estamos ante una línea ondulada por el que desfilan salados y dulces que varias veces aparecen emparejados y ligeros ácidos.

Culler de Pau: Entorno, liviandad y sabor.

Post completo en http://www.complicidadgastronomica.es/2016/08/cullerdepau/

Entorno: 9 ; Comida: 8,25; Servicio del vino: 8 ; Calidad-Precio: 7,5

Para nuestra primera visita del periplo gallego a un estrellado, escogimos Culler de Pau, un restaurante con una estrella michelín, del que habíamos leído buenos comentarios recientes en Verema ( Alberto Freire y Oscar 4435) y también en diferentes artículos de prensa especializada.

El restaurante se encuentra situado en la península de O Grove, en una ubicación privilegiada. El local es moderno, minimalista, muy funcional, el comedor principal situado en el primer piso está decorado con gusto, sus paredes de tonalidades blancas le confieren mucha luminosidad gracias a los grandes ventanales que cierran la sala hacia el exterior y a través de los cuales se divisa perfectamente la ria de Arousa. La cocina está a la vista. Deben haber unas diez mesas, perfectamente separadas las unas de las otras, muy bien vestidas, con buena vajilla, cubertería y copas de calidad(Riedel). El Servicio de sala es atento y profesional. El Servicio del vino, dirigido por el sumiller Eduardo Camiña también.

Al frente de los fogones, está el joven chef Javier Olleros, que hace una cocina creativa con mucha personalidad, con raíces gallegas, sabrosa y muy visual.

Llegamos a las 21 horas y tras situarnos en la mesa que nos habían asignado y leer las opciones propuestas por el restaurante, optamos por tomar el menú degustación largo.

Todas las fotos de la comida (15) pueden verse en el 1er comentario.

Aperitivos :

Olivas verdes gallegas
Gazpacho helado
Taco de sardina sobre merengue

Todos muy buenos.

La cena consistió en 9 platos y 2 postres.

Ensalada de manzanacon oxallis, apio y polvo helado de rabanito. Excelente presentación. Buena conjunción de sabores. Muy refrescante

Hierbas de Adelina Crocante de arroz y crema de anchoa. Una potente y sabrosa crema de anchoa salpicada con trocitos de pescado ahumado y brotes de ensalada sobre una base oscura de arroz crujiente. Muy bueno, aunque me podría haber pasado del arroz crujiente.

Navaja y Cigala con una sopa fría de perejil y fisalis. Muy buena y refrescante. La mezcla de la cigala y la navaja puro sabor a mar. Un buen plato de verano.

Jurel con jugo negro de salazón y semillas de pimientos del Padrón. Un plato que da cartas de nobleza a un pescado que no las tiene. Jugo de sabor muy marcado por las semillas de los pimientos. Para mojar el pan como yo lo hice o para tomarlo con cuchara como hizo MC

Huevo con queso de San Simón y migas de pan. Excelente huevo a baja temperatura impregnado del sabor ahumado del queso fundido y acompañado de unas migas crujientes de pan.

Canelón de bogavante y Pularda de Mos Excelente. Tal vez uno de los mejores platos, que ya es decir.

San Pedro con mejillón y percebes. No recuerdo exactamente en que consistía la salsa que acompañaba, pero estaba muy bueno.

Papada de cerdo celta con chocos, jugo picante y repollo fermentado. Excelente presentación. Un exquisito mar y montaña.

Anguila con tuétano y berenjena. Otro riquísimo mar y montaña. Fue un excelente colofón de la parte salada de la cena

Postres :

Hierbas aromáticas
Frambuesa con toffe, cacao y yogur

Ambos muy bien presentados y muy ricos.

El pan que acompaño la cena estaba bueno.

Para beber el sumiller, nos aconsejo una botella de Leirana Finca Genoveva 2013 Crianza DO Rias Baixas Cepajes 100% Albariño de Bodegas Forjas del Salnés con una crianza de 12 meses en fudres de roble francés. Vino con mucha personalidad, con mucho sabor, salino, largo y persistente en boca. Muy bueno.

Finalizamos con dos cafés y "mignardises".

La cuenta ascendió a 102,50 €/persona. RCP correcta. El Chef Javier Olleros salió de la cocina cuando nos marchábamos para pedirnos nuestras impresiones y mantuvimos con él una corta pero interesante conversación. El restaurante estuvo lleno hasta los topes. Resumiendo, se puede decir que es un restaurante muy recomendable, con una excelente cocina, pero que no nos dejará un recuerdo imborrable, porque para nosotros tal vez le ha faltado "duende".

En mi primera visita a este restaurante, todavía sin estar galardonado con la estrella, me llevé una muy grata impresión. Un cocinero joven que quería hacer las cosas muy bien en un enclave precioso y un servicio adecuado.

Los comentarios que llegaban a mis oídos me indicaban que la evolución había continuado y que la segunda visita tenía que producirse más pronto que tarde.

Aprovechando una visita familiar nos acercamos hasta Reboredo a comprobar si lo que me habían comentado era cierto o no. Era un miércoles (de agosto, eso sí) pero me sorprendió encontrar el restaurante a rebosar, con gente incluso sentada en alguna de las cabeceras de las mesas. Sólo quedaban un par de mesas libres: la nuestra y otra que se cubrió rápidamente.

El restaurante ya está bien descrito en comentarios anteriores. Simplemente indicar que continúan con vajilla y copas de calidad (Riedel).
El servicio amable y atento en todo momento, ningún pero.

Después de ver la carta nos decantamos por el menú gastronómico, la opción más larga disponible para poder probar lo máximo posible. Mientras lo decidíamos ya fuimos amenizando el rato con unas copas de Recaredo Brut que resultaron un buen comienzo para el enorme disfrute.

Empezamos con un par de aperitivos:

- Mejillones en escabeche blanco. Moluscos de un buen tamaño aunque lo mejor era la textura y la salsa que los acompañaba.

- Gazpacho en dos texturas (líquido y helado) con espuma de pepino. Me encanta el gazpacho pero está claro que no lo había probado nunca de esta forma. Un sabor tremendo y una espuma de pepino que resultaba tal cual comerse el vegetal.

El menú se componía de lo siguiente:

- Crocante de arroz con crema de anchoa y ahumados. Una base de arroz crujiente de color negro sobre la que habían colocado una crema de anchoa con una textura y un sabor espectacular y trozos de ahumados de pescados. Unos brotes adornaban el conjunto.

- Caballa marinada con encurtidos, tomate seco y cogollo de lechuga. Un plato para comer con cuchara para poder coger un poco de cada componente. Espectacular el caldo de fondo.

- Tomatitos con huevas de San Martiño, aceite de Entrimo y nori helada. Los tomatitos perfectamente pelados y rellenos de las huevas. Se acompañaba del aceite y el alga helada.

- Crustáceos con salazones y semillas de Padrón. El fondo del plato era un caldo de semillas de pimientos de Padrón con un intenso sabor. Se acompañaba de un hermoso trozo de bogavante colocado encima de un buen tocino ibérico.

- Huevo a la carbonara de San Simón y migas de pan. Otro plato enorme. Huevo a baja temperatura con la carbonara de queso y migas crujientes acompañando.

- Lubina con mantequilla de algas y calabacín. Un buen lomo de lubina al que, por supuesto, se le separaban perfectamente las lascas acompañada por una suave mantequilla y una sorpresa: percebes ya limpios. Una sutil crema de calabacín culminaba la obra de arte. Tremendo.

- Remolacha con jugo escabechado de gallo de Mos y oreja crocante. No esperaba mucho del plato porque no soy muy fan de la remolacha pero me sorprendió completamente. El vegetal cortado en finas lascas colocadas sobre el caldo de gallo y con la oreja a un lado. Muy bueno.

- Lomo de ternera ecológica con jugo de tuétano picante y chirivía. Para finalizar la parte salada un par de buenos trozos de ternera gallega bien rosada colocados encima de una cama de vegetales y adornado con el jugo de tuétano.

- Sopa de acedera y manzana con helado de limón. Presentado en un plato a modo de roca, contaba con varias texturas y temperaturas. Muy logrado el helado de limón rallado.

- Apio helado, caramelo, chocolate blanco y yogur. Un segundo postre fresco para terminar el magnífico festín.

Para acompañar semejante menú el magnífico sumiller, Eduardo, nos aconsejó empezar con un vino blanco que iba camino de ser un cava pero no llegó a ello: Can Credo 2011. Se trata de un vino del Penedés, hecho con uva xarel-lo 100% que resulta muy agradable, con ciertos toques oxidativos y con una acidez envidiable.
Para la segunda parte de la comida nos pasamos a un tinto, también recomendación del sumiller por tratarse de una añada que ya no está en el mercado: Goliardo Espadeiro 2010 de Forjas del Salnés. Es un vino con años y años por delante aunque ya muy disfrutable. Magnífica acidez que acompaña muy bien a los platos.

La comida se cerró con unos cafés e infusiones allá por las seis de la tarde que daban por terminada una magnífica comida.

Es una de las cocinas más en forma de la zona. Ni un altibajo, todos los platos estupendos, del primero al último. Tengo claro que volveremos y no tardáremos otros dos años seguro. Si es como en esta ocasión, en que me invitaron volveré en cualquier momento ;-)

  • Lubina con mantequilla de algas y calabacín

    Lubina con mantequilla de algas y calabacín

  • Crustáceos con salazones y semillas de Padrón

    Crustáceos con salazones y semillas de Padrón

  • Tomatitos con huevas de San Martiño, aceite de Entrimo y nori helada

    Tomatitos con huevas de San Martiño, aceite de Entrimo y nori helada

En mi anterior visita a este bonito local, encontré a un gran chef y mejor persona, esa fue mi opinión tras hablar buen rato con el, en esta ocasión me he encontrado un chef estrellado y la misma estupenda persona.

Por supuesto escogimos el menú degustación 70€ iva incluido y lleno de buena y creativa cocina.

Unas aceitunas de aperitivo, gallegas, exactamente Do Xures Eidos de Iria, espero que Alberto nos diga de donde son.

Comenzamos con un crocante de arroz con crema de anchoas, ahumados y flores de primavera, vistoso, sabroso y rico.

Sardina curada en agua de mar con hierbas frescas y caldo de salazones, otra delicada creación.

Nos puso también unos percebes con algas y con un pil-pil de algas, simplemente increíbles, os dejo la foto es la mejor descripción el sabor profundo y a puro mar.

Seguimos con unas tiras de choco, con velo de cerdo autóctono gallego y una espuma que no recuerdo exactamente de que era, pero si me acuerdo que la combinación estaba de lujo.

Como antesala al plato que mas me gusto unos espárragos magníficamente ejecutados, para después pasar al huevo de la casa a la carbonara de queso don simón y migas de pan, solo deciros que tuve que repetir, sabroso, exquisito y ya sabéis que el queso me chifla y si me lo preparan así ni te cuento.

Rape asado con jugo de sus espinas, patata nueva y guisante, en su punto y con sabor, solo le pido eso aun pescado y este me lo dio to.

Solomillo de ternera ecológica con su jugo aromatizado, yogurt y vinagreta de ajos, carne prácticamente cruda, marcada, se deshacía y tenía mucho sabor, para ser ternera, ya sabéis que yo soy más de vaca vieja, pero bueno esta tenía sabor.

Para endulzar la boca sopa de flores, cítricos con sorbete de fresa y sanguina, tónica y hierba luisa, refrescante.

Acabamos con un cremoso de chocolate con naranja, helado de te verde y leche cruda, perfecto final.

Para beber un Leirana joven, me he aficionado a esta acidez, que nada tiene que ver con la de los alvariños convencionales, 19€, agua 3€ gin-tonic de nordes 8€, pasta con tomate para Uxue 8€ y helado 6€.

Resumiendo para mí esta llamado a ser referencia de la gastronomía gallega a más nivel de lo que ya lo es.

Aquí os dejo una pagina mas que interesante si os acercáis por Galicia y os gusta la cocina con una vuelta de tuerca, echarle un vistazo.
http://www.nove.biz/portada.php?idioma=es

Tenía alguna experiencia desde hace algún tiempo sin haber contado así que empezaré por ésta del, a día de hoy, ya "estrellado" Culler de Pau.

El local ya lo han descrito aunque os daré un par de pinceladas: se trata de un edificio de corte moderno en tonos blancos y con madera además de mucho vidrio para los grandes ventanales desde los que se puede ver el mar mientras se come.
La ubicación es un poco escondida pero cualquier navegador os podrá llevar hasta allí, merecerá la pena la búsqueda.

Teníamos claro que íbamos a tomar el menú degustación así que os lo cuento para que os hagáis una idea del tipo de restaurante de que hablamos:
- Empezamos con el aperitivo de la casa que consistía en una especie de salmorejo sobre el que se habían colocado trozos de fresa incrustados en helado. Es un buen comienzo que presagia lo que venía a continuación.
- Tomatitos aliñados con una sopa de aceite de oliva y pequeñas hojas: el sabor de estos tomatitos ya sin piel es espectacular, huerta en estado puro.
- Sardina marinada con salazones, semillas de Padrón y flor de cebolla: el punto de la sardina perfecto y el conjunto con el caldo mejor todavía.
- Bonito de Burela con cebollas tempranas y sobre una meuniere: el bonito marcado en la plancha y prácticamente crudo por dentro conservando todo el sabor.
- Lomo de vaca de Bandeira tibio con su jugo aromatizado y maiz tierno: el punto del lomo también estupendamente conseguido.
- Sopa con flores y lima, sorbete de yogur y granizado de hierba luisa: primer postre que da paso a la parte dulce del menú. Fue quizá el plato más flojo del día.
- Frutos rojos con Cebreiro, ganache de chocolate blanco y fisalis: el desquite en el apartado dulce vino con este postre, tremendamente contundente y con muchísimo sabor.

El acompañamiento consistió en 2 botellas de A Torna dos Pasas 2009, magnífico Ribeiro de Luis Anxo Rodríguez que está en un momento perfecto para disfrutar. El vino se sirve en copas Riedel.

La comida se terminó con un Gin Tonic por persona servido en copas de balón.

Es completamente lógico que la guía Michelín se haya acordado de Javier Olleros porque su labor está siendo magnífica al frente de este restaurante, siempre acompañado en la cocina de Takahide Tanaka. Por cierto, el servicio de sala un 10, siempre atentos pero sin molestar en absoluto.

Si no ocurre nada raro volveré en breve a disfrutar de otro menú.

  • Frutos rojos con Cebreiro, ganache de chocolate blanco y fisalis

    Frutos rojos con Cebreiro, ganache de chocolate blanco y fisalis

  • Sardina marinada

    Sardina marinada

La primera vez que acudí al Restaurante,meses después de su apertura, salí con una sensación agridulce, como si me hubiese faltado algo, fruto tal vez de mis excesivas expectativas.
Esta segunda vez, en Agosto 2012, todas aquellas expectativas cuajaron herméticamente. Todo está en su sitio. La atención, esmerada, sin ser servil; los platos llenos de sabor (esos tomatitos aliñados valen por toda una huerta). A través de las sardinas curadas se respira todo el oxigeno del Atlántico. Sabor y exquisitez.
Pero sobre todo el bonito de Burela. Nada parecido a lo que había tomado hasta ahora. Un auténtico entrecot de bonito, en su punto exacto, rozando a crudo que engrandece el menú. Y aún falta la ternera gallega,(de Bandeira, creo) templada, apenas modificado su sabor por el fuego. De diez. Me sorpendió muy gratamente que ante mis dudas para maridar tanto plato, se me sugirió una copa de varios vinos, lo que me pareció una idea excelente que no sé cómo no se ha tenido en cuenta mucho antes. Comenzamos con Albariño, continuamos con godello Louro Bolo y acabamos con un mencía de Monterrey para la carne. Crego y Monaguillo. Todo con una sincronización matemática. Por el vino (seis copas) pagamos exactamente el valor de una botella.
No me me paro en la ubicación que está suficientemente descrita.
Ah, sí, una pega. Insuficiente aparcamiento. Si llegas tarde tienes que buscarte la vida por las aceras. De cualquier modo, no hay grúa.
Un sitio para recomendar antes de que la estrella Michelín pueda averiarlo.

Comedor muy agradable, elevado y todo acristalado con vistas espléndidas. Especialmente en un día soleado como el que nosotros tuvimos. Servicio amable y relajado.
Menú degustación con 7 platos de autor en general bastante correctos (los mismos detallados en el comentario anterior). A destacar las navajas con caldo de cebolla y una capa fina de tocino (las vieiras se les habían acabado y las sustituyeron por navajas). Todo ello + un ribeiro Casal de Armán 2008 (nos sentó estupendo) + café + orujo Mar de Frades Original no llegaba a 50 euros por cabeza. RCP Espectacular
Carta de vinos muy centrada en vinos gallegos.

Mas cerca de San Vicente do Mar que de O Grove, emplazamiento espectacular, con impresionantes vistas.
Hicimos el menú degustación:
bocadillo de chocos: rico
(sustitui la vieira por alergia por) huevo con queso san Simón y con algo parecido a migas por encima: muy bueno
roast beef: sabroso y demasiado abundante
pescada: con una salsa con guisantes y patatas cortadas al tamaño de los guisantes: bien
helado de remolacha con coco y una salsa de Frutos rojos: (la remolacha me sabe a tierra con lo que solo lo probé y confirme el sabor)
otro helado de nata con cacao, café y algo mas: bien
café: malo

de beber:
empezamos con un albarino: o ferreiro y continuamos con PX4 un vino de mesa (en la carta esta como Ribeiro tinto, imagino que por utilizar alguna varietal no permitida por la denominación). Un vino que no conocía y del que me (nos) sorprendió su complejidad
carta de vinos corta, centrada en vinos gallegos
el viernes, mas :)

Restaurante ubicado en un sitio privilegiado con una comida a la altura y mas. Propuesta interesante de cocina tradicional con tecnicas modernas y muy buen producto. Hemos tomado el menu degustacion. Algunos de los platos fueron: Bocadillo de chocos, Merluza de la Ria con caldeirada, Sorbete de remolacha con frutos rojos.
Con una carta de vinos corta pero armonizada con la cocina.
Servicio muy atento y profesional.
La fotos las he obtenido de un blog. Si quieren verlo es: http://www.manuelgago.org/blog/index.php/2009/06/27/culler-de-pau-mans-xaponesas-para-crear-elegancia-galega-no-grove/

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