Restaurante Villa Alexander (CERRADO) en Salou
Restaurante Villa Alexander (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
55,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
68 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.7
Comida COMIDA
6.1
Precio medio entorno ENTORNO
8.9
RCP CALIDAD-PRECIO
4.8
Opiniones de Villa Alexander (CERRADO)
OPINIONES
7

Nos invitaron a este bonito restaurante a cenar el fin de semana del rally de Catalunya, no lo voy a describir mejor que el comentario anterior.
Nosotros cenamos en la terraza , noche muy agradable y consistio en la siguiente:

- Jamón ibérico muy bueno, quizá para mi gusto un poco salado.
- Cocktail de camarón con huevas de esturión, muy rico y con buena presentación.
- Calamarcitos con habitas baby , cangrejo y foie
- mejillones y gambitas
- Timbal de huevo, gulas y ajo tierno, este plato me gusto especialmente.
Plato principal un solomillo muy bueno, lo que no me gusto fué la guarnición que le acompañaba, por sacar un pero, verduritas y yo prefiero patatas.
el postre un brownie con crema inglesa muy bueno.
El servicio del vino correcto, tomamos blanco Marques de riscal y tinto de la zona de Montsant que personalmente no me acabo de gustar
No puedo opinar sobre el precio porque me invitaron, pero la verdad es que me gusto bastante

Tras mi primera noche en Salou, y saciada ya en parte mi morriña por estar en el mismo -tanto años ha, tantas noches de bohemia e ilusión-, llega el instante de volver a otro de los restaurantes más conocidos de la localidad: el villa alexander

Entorno: Situado en el mismo centro de la localidad y ubicado espacialmente en una antigua residencia señorial de la Villa. El sitio es, directamente, muy bonito. Me pareció sentir un pequeño, mínimo, deje casposillo. La razón: no la sé explicar muy bien, pero quizá tenga que ver con la invasión Rusa que viene padeciendo la costa dorada, lo que hace que parte de la gastronomía y todo lo que le rodea pase a tener ese toque hortera de nuevo ruso.. Y no me parecería extraño que este restaurante, tras algún queotro cambio de dueño, tuviera hoy un propietario ruso (suspiro).

En cualquier caso, el sitio es, como digo, muy agradable. MUy buena decoración.. luces íntimas, música chill de fondo.. velas.., plantas, palmeras, muy bien cuidadas. Como un aparte agradable en esa locura que hoy en día se ha convertido, por obra y arte de las hordas extranjeras, Salou, algo bien distinto de esa localidad de verano, a la que cada año soñaba con retornar.

Todo esto en lo que concierne al restaurante exterior, pues hay también un restaurante interior. Buena capacidad de plazas, pero parece imprescindible reservar, porque, como me dijo una de las encargadas, las reservas son sagradas. No pretendas ir en fechas señaladas a este restaurante, pues lo cierto es que estaba de bote en bote.

Mesas y asientos cómodos. Trato muy agradable por parte del personal, los cuales van, en su mayoría, de negro riguroso -menos el maitre, de azul electrico, muy ruso eso-. Y todo el personal con pinganillo, cual árbitros de fútbol, como los men in black -sólo le faltaba la pistola trasformadora-. Te reciben en la entrada el personal (dos señoritas muy guapas, una de ellas con evidente acento ruso) y te acompañan a la mesa.

Por otra parte, magnífico detalle el de guardarme la misma mesa en la que estuve la vez anterior. Excelente. En lo que a mi concierne, el servicio fue excelente. Sin pasarse de agradables, son atentos y rápidos.

Lo anterior se extiende al servicio del vino. Amplia carta de vinos, aunque me dio la impresión de que bastantes de los vinos que allí figuran no los tienen (pues el Maitre se quedo pensando si el que pedí -otro que desconocía, Odysseus- lo tenía o le quedaba). Precios habituales, salvo en algunos caso en que estaban un tanto inflados. Las copas flojas.. muy pequeñas (-allí te sirven un vega-sicilia???-.

Frente a lo anterior, muy buenos manteles, excelentes platos -blancos con diseño- y una muy, muy buena cubertería (la que nos pusieron para la mariscada perfecta, completa y brillante, prácticamente nueva). De la limpieza ni hablamos: directamente impoluto; da auténtico gusto.

Comida: Orientado al pescado; tienen un pequeño vivero de marisco.. Buena variedad de pescados. Hay alguna carne. Entrantes propios de la zona (caracolas, gambas, cigalas...) y algún plato original (carpaccio de gamba roja -¿por qué no lo pedí?). Buena presentación de los platos. Yo no pasé espera entre plato y plato, más bien al contrario.

En lo que a nosotros concierne, nos pedimos un pequeño entrante de croquetas -de pollo, simples, y excesivamente especiadas de pimienta-. Y una mariscada muy bien presentada (bogavante, gamba roja, cigalas, langostinos, almejas de buen tamaño, ...) 13 euros lo primero, 62 lo segundo. Bien servida la mariscada y buena cocción. Hubo un aperitivo de la casa.. una crema de verduras, aceptable y un minisalpicon de marisco. Ocho tipos de pan a elegir, muy bien en este aspecto.

El vino -la segunda garnacha blanca del día- acompaño a la perfección-. Nuestro camarero nos servía cada vez que pasaba, muy buena atención; eso sí, entre cambio y cortos -oido- con los dichosos pinganillos.

No tomamos postre -la heladería Ibense (de nuevo a por ella) está enfrente-; pero sí que volvinos de inmediato al restaurante, pues tuvieron el detalle, bueno, de invitarnos a un par de bebidas en un pub que tienen en la parte superior del edificio y cuya visita es obligatoria.

Nos acompañaron al pub -si podeis, salid a la terraza, maravillosa-, con vistas al mar. Dos cosmopolitan para mi mujer -¿cambio radical a sexo en nueva york?- y quien suscribe un par de GT a 8,5 por copa. El sitio -la terraza- lo vale.

Por 110 euros los dos. Un precio razonable. Desde Rusia, y con amor, cambio y corto, camaradas.

Por medio de la página buscorestaurantes.com reservamos mesa en este bonito restaurante para la cena de nochevieja 2010 con una semana de antelación.

Nada más llegar nos llevamos el chasco de que nos ubicaban en un feo sótano sin ventanas pero decidimos no pensarlo y disfrutar de la cena.

En el menú de fin de año (85€) la bodega consistía en; Vino blanco Ermita d'Espiells Juve & Camps (D.O. Penedés), Vino tinto Marqués de Varga Reserva (D.O. Rioja), Cava Codorniu brut nature blanc de blancs, sin embargo sirvieron los vinos del pasado menú de Navidad (45€) Vino blanco Raimat Chardonnay (D.O. Costers del Segre), Vino tinto Dinastía Vivanco Crianza (D.O. Rioja).

Lo más triste fue cuando nos quejamos y el encargado se defendía diciendo que lo importante era la comida. Al final nos "compensaron" cambiando el cava por Moët Chandon, pero al resto del comedor...

Escribo aquí esta queja porque he intentado reflejarlo en la página que utilicé para hacer la reserva y misteriosamente ha desaparecido la ficha del restaurante.

La casa es preciosa, la comida ni tan mal, pero funcionando así van mal, muy mal.

Fuimos hace una semana a este restaurante, tan alagado y criticado para mal, no solo aquí en verema.
Llegamos y como hacia viento y calor nos decidimos por comer dentro, aunque fuera tiene una terraza muy buena, auqneu en un dia de viento como eso no me pareció correcto que la tuvieran abierta porque tiene arboles alrededor y se veian las mesas llenas de hojas y materias herbaceas varias y claro que te sirvan loq ue sea, solido o liquido, y que se te llene de porquería.. pero bueno cada cual elige.
Entramos y sala amplia con buenas mesas y decoración moderna pero sin exageración. De primero tomamos una almejas al carbón, unos mejillones al vapor y el micuit con dos confituras. Todo muy bueno, las almejas bastante grande y gustosas y los mejillenos de "roca" llenos. El micuit excelente. De segundo optamos un Rodaballo a la donostiarra y un bacalao con romesco de pistachos, en su punto de sal y de un sabor conjunto muy rico. Ración muy generosa la de rodaballo y muy bien cocinada en su punto con la espina en ese ligero punto sonrosado. Como postre helado de galleta maria y una tarta tatin. Todo muy bueno y muy bien servido. Carta de vinos bastante buena, pero con precios que tiran al alza, aunque sin asestar el palo que te encuentras en otros restaurantes, aunque sin indicar añadas y anunciar si hay o no hay. Nos decidimos por un Brugueres y... no habia. Al final un Viñas de Vero Gewurtraminer 2009. Servido correctamente y en buenas copas, aunque no podia faltar el tan odiado por mi parte meneo de tiovivo a la botella mientras la abren ¡por favor gira el abrecorchos y no la botella, diosss! Claro que era un blanco jover y dentro de loq ue cabe el agite no fue un problema, pero te pides un vino con sus años y con posibles sedimentos y te joden la comida!! Para acabar un chartreuse amarillo.
Resumiendo, comida, servicio de sala, menaje, cristaleria y manteleria buenos, al menos en mi visita.

Estimado Sr/a.
Como profesionales del sector, bién sabemos que las críticas tanto negativas como positivas son en mayor medida la base para entender las necesidades de los clientes, y con las herramientas adecuadas poder valorar y/o corregir la imagen de nuestra empresa, por ese motivo quería exponer mi caso basándome exclusivamente en los dos pilares fundamentales de este negocio; calidad y precio.
He tenido la oportunidad de visitar vuestro restaurante en dos ocasiones y francamente lamento decir que en ninguno de ellos se han visto superadas mis expectativas.
Mi primera visita fue con mi pareja, hace aproximadamente un año. Ella pidió que le sirvieran un magret de pato el cual tardó más de media hora con la sorpresa de encontrar una hormiga en el bouquet de lechuga, cosa que aparentemente molesta pero se considera un error humano y personalmente no le di más importancia de la que tiene.La camarera retiró el plato de la mesa y 20 minutos después apareció con el plato donde no había ningún tipo de guarnición ( lo que nos hizo pensar que ese magret había sido cambiado de plato y no se habían molestado en poner absolutamente ninguna guarnición).Yo tomé el perfecto de foie ( exquisito aunque escaso) .Por lo que al servicio respecta, fue extremadamente lento y la camarera que nos atendió carecía de ninguna profesionalidad ( cosa que a mi parecer no encajaba en este tipo de establecimiento,probablemente sí en una Tasca u otro). La factura ascendió a unos 160 euros con 2 platos más, vino y café, precio razonable con la infraestructura pero caro por el producto y servicio recibidos y sumado a que no recibimos nisiquiera el detalle de invitarnos a los cafés o un chupito por el incidente del magret,que en ningún caso reclamamos y que en muchos establecimientos se ofrece como cortesía, francamente salimos muy decepcionados.
La segunda visita la realice con un amigo, gran amante de la buena cocina y que insistió en acudir y evidentemente por mi parte ,sé que un mal día lo tiene cualquiera y no me negué.
Ese día el restaurante estaba lleno y veniamos sin reserva así que esperamos no más de 10 minutos. Curiosamente nos asignaron la misma mesa donde había estado anteriormente aunque nos atendió otra camarera no menos "floja" que la anterior ocasión. Nos dio a probar el vino y no enseño ni la etiqueta. Al servirlo roció una buena cantidad sobre el mantel y en ningún momento nos ofreció un cambio de mesa. Aquella noche superó el record de espera entre plato y plato que jamás había sufrido, eso sí, los platos aunque sigo pensando que escasos ( y cuando digo escasos tengo en cuenta la calidad del producto,la elaboración y el precio) , salieron en su punto. Llegamos a los postres y anteriormente había visto a una camarera con dos platos de tarta trufa sacher con un aspecto buenísimo así que se lo recomende a mi amigo. Sorpresa cuando llegan a la mesa y lo único que se parecía era la tarta ya que la decoración había desaparecido, a mi amigo se lo presentaron con un triste y solitario physalis y suerte que tuvo porque el mio no tenía nada. Nada que ver con lo que había visto.
Con todo esto lo único que pretendo es aportar mi granito de arena a este fabuloso restaurante y animar a todo el equipo humano que lo forma a dar cada día un paso adelante ya que errores tan simples como los que he vivido son los que tiran por el suelo el esfuerzo y sacrificio que conyeva esta profesión.

Un cordial saludo,

ÁNONIMO

Sin duda el mejor y más bonito restaurante de la provincia de tarragona.
Tuve la oportunidad de celebrar la cena de empresa en este restaurante el viernes pasado y fué genial. Ya era hora que en salou abrieran un local de esta categoria.
Tanto el sarvicio como la comida muy bien. Sin duda volveremos..

Buena localización a escasos metros de la playa de Salou se encuentra este restaurante que tiene muy buena pinta por fuera y por dentro, pero a la hora de probar, casi todos (éramos 32 personas) hemos salido bastante decepcionados y sin ganas de recomendarlo.
Para picar en platitos de postre para 3 personas: Jamón y pan con tomate, Marinado de lo que parecía atún, cuadradito de salpicón Berberechos con cilantro, Fideua, Sorbete de Melón. Algunos habíamos escogido carne y otros pescado. Solomillo de ternera algunos tiernos otros sin embargo demasiado hecho, Dorada con sofrito de alcachofas (por cierto buenas, pero la Dorada parecía congelada, escaseaba su sabor) y dos gambas que estaban buenas porque eran frescas. El postre ha sido todo un éxito: Redondo de hojaldre relleno de tarta de manzana con helado de leche merengada. Se han servido cafés y un chupito. Servicio muy lento, camareros ausentes (teníamos que pedir las cosas más de tres veces). Raciones escasas para el precio que hemos pagado. Servicio de vino malísimo, a penas dos copas por persona. No volveremos.

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