Aprovenchanmos la excusa de ir a ver las fuentes monumentales el día de San Fernando, que es uno de los 3 al año en que corren 8 de ellas, para revisitar esta veterana casa de comidas de La Granja de San Ildefonso.

Comimos los extraordinarios judiones, esas patatas a la importancia que hacen honor a su nombre y las cebollas rellenas, una delicia contundente. Os remito para más detalles a la fantástica crónica que hizo Álvaro Moreno en su día, prolija y exacta: https://www.verema.com/blog/alvaromoreno/963116-casa-zaca-real-sitio-segovia

De postre probamos el helado de higos con miel, cremoso, refrescante; el yogur de oveja con tocino de cielo, equilibrada combinación; y los pastelitos de crema con salsa de chocolate negro, un vicio. Unos buenos cafés completaron la comida.

En cuanto el vino, como ya se ha comentado su carta no es especialmente destacable, tirando más hacia el lado del clasicismo. Elegimos un Trus roble, cumplidor sin más. El servicio del mismo se limitó a descorchar las botellas y a cambiarnos las copas por unas más dignas.

El servicio muy bien: Atento, prefesional y diligente.

En resumen: Un lugar cuya propuesta sigue siendo la misma de hace años, al que apetece volver de cuando en cuando para reencontrar unos platos que bordan.

Fuimos el viernes a medio día(que es cuando esta abierto)sin reserva previa, tras una breve espera nos acomodamos y tomamos:
- judiones para compartir (solo con eso hubiera comido), excelentes.
De segundos, la jefa tomo chuletillas de cordero (no de lechal, como nos avisaron previamente)muy buenas, sabrosas y en buena cantidad, y yo tomé ternera guisada muy buena pero no como la de mi madre...
de postre pastelitos de almendra con chocolate, muy bueno.
para beber Marbore 2005

Comida para 4 personas el pasado Sábado, previa reserva (conviene hacerlo). Un salón pequeño abajo y otro algo más grande arriba. Todas las mesas llenas.

Nos reciben amablemente y nos ubican en el salón de abajo. Mesas algo juntas pero sin pasarse. Decoración clásica con algunos toques modernos. Sitio típico para pedir guisos de la casa.

Primera sorpresa agradable, vino de la casa, Dinastía Vivanco crianza 2008, a 13 euros. Bien.

Pedimos de entrantes:
* Judiones de la Granja: Ración muy generosa y desde mi punto de vista en su punto (ni muy duros ni blandos).
* Alcachofas con almejas: con muuucho sabor. Deliciosas.
* Ensalada mixta: clásica con productos de calidad.
Platos:
* Caldereta de cordero: Muy generosa, con carne muy tierna. Muy bueno.
* Cebollas rellenas de carne: Plato típico, que estaba también a alto nivel.
* Conejo guisado. Rico y buena elaboración, sin destacar demasiado.
* Emperador plancha. Bien.

Postres: Ponche Segoviano y hojaldres con chocolate caliente (ambos correctos).

De beber una botella de Dinastía Vivanco crianza 2008 (13€) y otra de Cruz de Alba 2008 (21€), un ribera que cumplió bien, pero que no es demasiado de mi agrado. Cafés, poleos, chupitos (a los últimos invitados).

Trato muy amable y con una relación calidad precio bastante buena. Volveremos.

Durante el pasado puente de Octubre tuve la oportunidad de comer en este restaurante.Superamos dos dificultades importantes: que una de las cinco personas que fuimos es discapacitada física y que no teniamos reserva previa.
Cocina tradicional con productos de gran calidad, una carta de vinos amplia a precios mas que razonables ( bebimos Carmelo Rodero, que es una apuesta segura) y un trato atento
( profesional) y cariñoso.
Desde luego, es mas que recomendable.

El pasado sabado fuimos a este restaurante casi legendario en la Granja, fue fundado en 1940 y toda la familia sigue a trabajar ahí codo a codo tanto en la sala como en la cocina. Es cocina tradicional, judiones, callos, pisto, cebollas rellendas con una preparación de carne y queso, caldereta de cordero etc... el ambiente es agradable, el trato muy bueno, y la materia prima magnifica. Los precios de los vinos son inmejorables y estan casi al mismo precio que en tiendas especializadas...
Todo perfecto, me ha gustado mucho volveremos seguro!!! Hace falta reservar porque esta siempre lleno los fines de semana.