Empezamos mal con la reserva, pasamos por la carta de vinos tomando una cerveza y agua , y la especialidad , el bullit , no nos gustó. Las vistas maravillosas, pero ojo no reservan.., aq veáis mesas reservadas y no os podáis sentar ,os dirán que no hacen reservas de mesas concretas, por orden de Llegada, mejor lo paso. Carta de vinos paradigmática,excesiva en el precio, desequilibrada y con errores garrafales. Hay un Artabi, viña el Pison …., eso sí, cada vez que abren un vino el corcho se lo llevan a la nariz para tranquilizarte..la comida, será lo que hay, pero no me gustó..una fuente de bullit , Guiso  de pescado con su salsa amarilla y su arroz a banda( lo mejor).Mero gomoso, el rape no me acuerdo, se difumina, pero es así , no pongo pegas, lo voy a volver a probar en otro sitio ( 40 euros ración). Excelentes vistas, servicio pésimo y precios por las vistas.Estaba repleto

Restaurante en Cala d'hort. Preciosas vistas de la cala y Es Vedrá y disponen de una zona de tumbonas sobre el mar donde si se pilla sitio debe estar muy bien para ver la puesta de sol.

Carta de comida basada en la cocina tradicional de la isla. La carta de vinos bastante correcta. Nos decantamos por un verdejo (Saltimbanqui) que yo no probé y dos rosados La Rosa y un Ochoa de lagrima mas potente que el primero que me pareció simplón, Los precios de los vinos x3 o mas.... por cierto, norma general en toda la isla.
Para comer compartimos 11 personas:

Almejas marinera: buen producto
Parrilla pescado . Muy abundante . Con gamba roja de la zona muy buena, sirbia, roja y algun otro pescado que no recuerdo. Muy buena
Arroz ciego. Bueno
Cochinillo ibicenco. Cochinillo que hacen a baja temperatura y finalmente meter al horno para que se churrasque la piel. Probé muy poco porque el cochinillo no me gusta pero comentaron que estaba bueno.

Lo peor, el servicio. El primer camarero que nos atendió nada mas llegar fue el colmo de la mala educacion. Bostezando sin parar y con malas caras. Le preguntamos si la salsa de las almejas llevaba harina porque habia un celiaco y nos contestó que ni idea y sin hacer intencion de preguntar. Fue a retirar un cesto de pan cuando estabamos aun cogiendo. Uno de los comensales llamó al encargado y le hizo saber lo que estaba ocurriendo. Afortunadamente le quitaron de nuestra mesa y nos atendió esta segunda persona el resto de la comida con mucha amabilidad.
El otro hecho que me resulto incorrecto fue que sacaran a la vez todos los platos. La mesa estaba atestada y comimos todo frio.

La cuenta fue de 42 € por persona.
En resumen, bonitas vistas, comida aceptable pero servicio nefasto por los dos puntos comentados.

El "chiringuito" está situado sobre un acantilado al que se llega desde el barco con la zodiac. La verdad es que sólo las vistas de Es Vedra con la puesta de sol al fondo ya merecen la pena y esto me hace dudar pues cuando las vistas son buenas la comida suele ser mala y el precio caro. En este caso no fue así.
Para empezar tomamos unas ensaldas mas que correctas y foie de la casa con mermelada que le daba un toque muy agradable. También unas clochinas del terreno (que no puedo evaluar pues raramente las pruebo). De segundo optamos por una parrillada de pescados de la zona y aunque es un plato de alto riesgo porque no sabes que tomarás, en este caso resulto bien. Teníamos una selección de peces asados con un ligero toque de aceite y ajo. En general bien aunque el único pero es que todos recibieron la misma cantidad de plancha y algunos (la minoría) estaban algo resecos.
De postre algo de fruta (piña) que poco dice la cocina.
En cuanto a los vinos tiene una carta amplia con las referencias mas habituales, sin complicaciones (hay que recordar que esto es un chiringuito). Dicho lo cual tenía muchos fallos y hasta la tercera referencia no acertamos (un magnun de Prado Rey).
Por último nos sirvieron cafés y un excelente GT de Hendrick's con pepino en la terraza de modo que los fumadores quedamos encantados con la sobremesa. Añadir que el servicio es muy amable y atento al cliente. Para ser Ibiza la opción precio calidad está bien y merece la pena la visita.

Restaurante situado frente a la Isla de Es Vedrà, impresionantes vistas. Local tradicional marinero, sencillo pero con un encanto especial.
Estuve el año pasado por trabajo y este año tenía claro que si pasaba por Ibiza era visita obligada.
No os perdais el bollit de peix, bueníssimo. Las carnes dicen que son excelentes.
RCP muy buena, trato excelente y cómodo.
Si vais en barco se puede fondear perfectamente en la misma cala.
Precio 2 personas bollit de peix + postre + café de caleta (especialidad de la casa, lo realizan tipo queimada o ron cremat delante tuyo) + sangría de cava + 2 cardhu= 110€.

Sin duda, lo que más destaca de este restaurante son sus magníficas vistas. Bien acompañadas por un tradicional bollit de peix (pescado de roca guisado, servido primero, y después un arroz, medio dedo, excelente punto y sabor). Carta de vinos corta, circunscrita a los tradicionales riojas y riberas. Cristalería normalita. Decoración rústica, mantelería limpia y aseada, y atención puntual y amable. De primero tomamos unos sabrosos mejillones "Es boldadó". Sobra decir que si se encarga bollit de peix no hace falta pedir entrantes, pero bueno... Obviando los postres, fuimos directos al café caleta (3,50 por persona). Una bomba de sabor y azúcar. Sin abusar, 40 euros por persona. Recomendable.

Precioso restaurante en la isla de ibiza, por muchas veces que vaya sigue encantandome, para los que no lo hayan probado aconsejo pedir "samorra", pescado de roca de la isla y termina con un arroz del propio caldo del pescado. Maravilloso. Carta de vinos, muy justita pero suficiente. Por favor no dejar de pedir para terminar "cafe caleta", el mejor de Ibiza.

Sencillamente maravilloso! No en vano es uno de los mejores restaurantes de la isla.
En un entorno presidido por Es Vedrá, ese islote al que se le atribuyen actividades paranormales, y rodeado de la suave brisa del mar, puedes degustar unas maravillosas mariscadas a la luz de la luna, por no hablar de su langosta, y como no, de su plato estrella donde los haya, el guisat de peix, solo para paladares selectos.

No se me ocurre un sitio mejor para una comida de año nuevo donde templar el estómago castigado la noche anterior que en este restaurante de la isla de Ibiza. El acceso desde la carretera está señalizado en una roca, el camino es de tierra, y llegas hasta el borde del mar en la parte superior de una pequeña cala donde está situado este restaurante. Posee, sin duda, una de las mejores vistas de toda Ibiza sobre la isla de Es Vedrà. La decoración es rústica y sin ninguna pretensión, con un fuego encendido en el centro de la sala (si es invierno, claro). Aquel primero de enero disfruté de un delicioso guissat de peix (guisado de pescado) servido en la propia cazuela de hierro donde son cocinados unos sabrosísimos pescados de roca de la zona. La carta de vinos es la tradicional de un merendero