Este local nace de la unión de Quique Dacosta, José Gómez "Joselito" y Cayo Martínez de conservas La Catedral de Navarra. Posee un pequeño espacio de tienda Delicatessen donde adquirir aceites, panes y, cómo no, productos de los dos socios de Quique. El local es muy vanguardista, con los camareros muy bien vestidos por Amaya Arzuaga, pero un pelín frío. Nosotros estuvimos abajo, en la zona de la barra. La planta de arriba es más en plan restaurante. La cocina no está mal, a base de pequeñas raciones de diversos productos: callos, ostras, croquetas, ensaladas, cocas, Ibéricos de Joselito... más algún plato de los edl restaurante de arriba. Tomamos Cubalibre de foie (en su línea, muy bueno), Croquetas de chorizo (pasables pero muy muy normalitas), Presa Ibérica (no estaba mal, pero la ración no eran más de 100 gramos y 23.50 €...) y Atún (muy bueno). El servicio del vino normal, correcto. También he de decir que tardaron un cuarto de hora largo en atendernos cuando sólo había otra mesa... En fin, todo por 80 euros, lo cual me parece un poquito elevado para lo que se ofrece. Se paga, y mucho, el nombre. No está mal como experiencia pero habrá que darle un tiempo para volver.