Restaurante Lua en Madrid
Restaurante Lua
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Precio desde:
37,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
60 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.2
Comida COMIDA
7.2
Precio medio entorno ENTORNO
7.3
RCP CALIDAD-PRECIO
6.2
Callos con garbanzos
Cochinillo confitado a baja temperatura con ciruelas, pasas y orejones
Huevo poché con puré de patata y tierra de torrezno
Foie micuit sobre empanada de pera y queso San Simón caramelizado
Pulpo en ceviche y crujiente de tinta de calamar
bravas de langostino
empanada de chipirones
salmón ahumado con miso, yuzu y chile dulce
pulpo a feira
tartar de tomate con bonito
Barra
Salmón ahumado
Pulpo a feira
Opiniones de Lua
OPINIONES
18

Primera visita a Lúa tanto en su antigua como en su nueva ubicación en la calle Eduardo dato, donde anteriormente estuvieron tanto Zaranda como Zorzal. Dos salones, el superior algo más elegante, y el inferior con un mayor toque de informalidad debido al coloreado tapizado de las sillas. Mesa muy amplia, realmente esto es un gusto, ahora que vamos acompañados de cámara, cuaderno y demás menesteres.

Comenzamos con dos aperitivos. Primero un arenque marinado sobre pan de tomate, y crema de mango, que nos resulta muy suave, con una perfecta cocción, y muy poco salino. A continuación, un irlandés de lentejas con espuma de boletus; es decir una crema de lentejas… también agradable como para hacerse corta la degustación. Podríamos decir que sabiendo muy bien sabe a poco.

Este comienzo se acompaña con un champagne de Michel Gonet B. Blancs, 100% Chardonnay. Espectacular.

El primer entrante es un foie mi cuit sobre coca de cereales y queso san Simón caramelizado. También le acompañaba una ligera compota de manzana que compensa la grasa del foie. Originalidad en la aparición del queso San Simón dándole un toque ahumado al conjunto. Diferentes sabores que se perciben provocando un resultado diferente, y muy agradable. Maridado con Ximénez Spinola 2010, Pedro Ximénez Blanco (D.O Xérez). Espectacular este vino, una delicia para el paladar.

Seguimos con una sopa de ají amarillo (de gallina), zamburiñas en ceviche, crema de tirabeques, cebolla rosa, y concha de marisco. La sopa estaba realmente para hacerla un monumento, y tiene una potencia de sabor que deja muy atrás al resto de ingredientes, que desde mi punto de vista apenas aportan un poco de textura, y una ligera suavidad en la combinación. Puede que en otras proporciones se detectara más el conjunto.

Adicionalmente al menú, se degusta un tercer entrante un huevo poché sobre crema de patata, tierra de torreznos y trufa. Ingredientes principales que podríamos considerar que están demasiado vistos, pero hay ciertas diferencias en este plato que hacen que destaque. La crema resulta muy ligera, suave, en su punto exacto de densidad. El torrezno aporta además de crujiente, un toque graso muy agradable en esas combinaciones de “huevo y patatas” que tenemos en nuestra memoria de paladar. Finalmente tres cortes de trufa que provocan que éste sea uno de los platos de la cena.

Los dos últimos platos asociados con un Savagnin 2008, Benedicte & Stepahne Tissot, A.O.C Arbois (Jura).

Pasamos al pescado donde nos encontramos el primer plato dentro del menú que incorpora un producto típicamente gallego como el chef de esta casa, Manuel Dominguez, se trata de la raya en caldeirada sobre arroz de apio y chile verde. Gran plato porque el pescado está en su punto, y porque la caldeirada y el arroz de apio y chile verde provocan un duelo, un pequeño combate que se salda con un empate técnico. Se comienza con el sabor de la caldeirada para ser frenado con suavidad por ese arroz verde. Detectamos armonía y equilibro. Muy recomendable.

Mayor riesgo en la carrillera glaseada en curry verde, setas shitake y tirabeques. Trance que se controla, ya que el picante del curry está aminorado, pero sí que le aporta un toque de bravura a una carne muy melosa que suele ir acompañada de actores secundarios más livianos. Nos pareció una forma atrevida de enfocar la carrillera, una pequeña fusión ibérico-asiática.

Los principales acompañados con un Crazes Hermitage 2010, Shiraz de Alain Grillot (Ródano).

Pasamos a los postres, teniendo la gentileza de ofrecernos dos medios postres. Comenzamos con un bizcocho de fruta de la pasión, con helado de idiazábal y salsa de guayaba. Agradable, compensado, ni demasiado dulce, ni demasiado ácido. Un postre suave, fácil de comer, podríamos decir que cómodo. Bizcocho muy esponjoso, junto con un helado de queso con cierta profundidad en el sabor, manteniendo esos toques ahumados del idiazábal. Oscar nos insiste en maridarlo con un Chateau du Mont 2010, A.O.C Saint Croix du Mont, Semillon y Muscadet; un vino que también nos gustó, y nos resultó muy interesante.

El segundo medio postre una ensalada de chocolate amargo, rúcula, frutos rojos y coral de chocolate blanco. Postre con cierta visión paisajística donde ese coral de chocolate blanco recuerda a la Pecera de Diego Guerrero. Sensaciones crujientes, y buen tratamiento del chocolate, provocando el amargor que el resultado no sea demasiado pesado. LBV 2007 Niepoort, Oporto.

Tras finalizar la cena reconocemos que nos hemos quedado con un muy buen sabor de boca en base a toda la experiencia. Entorno, servicio y vino, y propuesta culinaria forman un triángulo equilátero, un resultado muy equilibrado que hacen de Lúa un restaurante en toda su extensión. Destacamos en un primer nivel tanto el huevo poché con ese crujiente de torreznos que lo hace especial, y la raya con el equilibrio mencionado entre la caldeirada y el arroz de apio y chile verde; en un segundo encontraríamos al foie mi cuit y la atrevida carrillera.

Para ver el post completo y como siempre fotos de los platos, os recomendamos http://www.complicidadgastronomica.es/2013/02/lua-un-restaurante-en-toda-su-extension/

La sensación al entrar en este restaurante es buena, el ambiente un poco frio pero la decoración no está mal. A la hora de comer la cosa cambia.

Nos decantamos por el menú degustación con maridaje. 2 primeros, 2 segundos y 1 postre acompañando de sus respectivos vinos. Los platos llamarlos minimalistas es un exceso, mejor mini-minimalistas. Pero el precio es desorbitado. 3 menús degustación con maridaje 234 €, 3 cubiertos y pan 9 € y 3 cafés 8,40 €. Total 251,40 €

Por este precio pueden comer 3 personas en otros restaurantes de reconocido prestigio y con una atención acorde al precio que se paga.

No existe sommelier y los camareros se aprenden de memoria la presentación del vino. Al hacerles alguna consulta te dicen que es lo que les han apuntado. ¿?

Una y no más.

El restaurante Lúa se distingue porque carece de carta, ofrece un único menú degustación que va variando en función del mercado.
Ambiente frio en sala, "falta de calor humano", su maitre/jefe de sala, no desempeñaba tal función, directamente no existía esta figura tan imprescindible en un lugar así, sin embargo el servicio fue rápido, su decoración algo clásica pero muy acogedora, su menaje de gran calidad, muy cuidado en sus copas aunque la carta de vino algo corta, pero a buen precio sus platos muy creativos, innovadores y lleno de sabores, me sedujo el aperitivo: Berberecho en gelatina con huevas de papaya y como plato Tartar de bonito con guacamole de lima y salsa de frambuesa.
En conclusión: lo recomendaría porque fue un choque de contraste, buena ubicación, decoración confortable y gran chef. Aunque nos prometieron que la carta cambia de una semana a otra y no fue del todo cierto.

Lua es un restaurante de menu degustación pequeñito y acogedor, situado en una de las mejores zonas de madrid. La cuberteria y la mesa estan elegantemente montadas.
Anoche cené y pedimos el menu largo ( tiene 2 ) que va modificando dia a dia.
Para comer:

- Chupito de Ajoblanco y Coco imitando a una caña esteticamente. Resulton y refrescante.
- Gazpacho de Sandia, gamba y vieira. Muy bueno.
- Huevo poché con patata morada y tierra de bacon: El aspecto del pure de patata morada era muy desagradable, parecia cera de depilar pero el plato estaba bueno.
- Corvina con salsa de maní, espinacas y setas: El punto del pescado clavado. La mezcla de sabores para mi no se ensamblaba perfectamente. Correcto.
- Magret de Pato con Brotes de Cebolla y creo Mermelada de P.X. Bastante bueno pero no muy innovador.
- Postre: Mousse de Chocolate Blanco. Muy bueno.

Para beber un La Estacada 2006. Un acidez marcada pero con la robustez que le aporta el merlot. Esta bueno.

El Pero: Me quedé con bastante hambre. Nunca me había quedado con hambre en un menu ( siempre pido el largo ).

Conclusión: Mesa bastante correcta, servicio bueno, chef encantador, comida buena y carta de vinos hiper corta ( Eché de menos algún cava y champagne más, que además creo que marida mejor con este tipo de menús ) pero con referencias interesantes. Volveré de vez en cuando.

Si conseguimos conjuntar un ambiente íntimo y muy agradable, un servicio atento y esmerado y una cocina creativa y sabrosa, tendremos un buen restaurante. Si a todo eso le añadimos un único menú (dos entrantes, pescado, carne y postre) que varía casi a diario a 45 euros por comensal, estaremos en Lúa.

Este pequeño restaurante de la capital nos ofrece una sorprente aventura gastronómica en cada visita, tanto por el desconocimiento del menú a degustar, como por la creatividad que desarrolla su Chef en cada plato.

La carta de vinos es algo corta, aunque interesante. Su servicio, bastante bueno. Y la cristalería, vasos de agua incluidos, de la casa Riedel.

Para este gastrónomo, que ya lleva unas cuantas visitas al restaurante, comer en Lúa resulta un interesante viaje gastronómico por los caminos que su Chef diseña, y donde el final del trayecto siempre es satisfactorio.

No quisiera extenderme demasiado, pero si quereis una opinión más detallada podeis verla en http://gastronomodesaparecido.wordpress.com/

No está mal, todo hay que decirlo, pero como gallego me atrevo a avanzar, ya que el cocinero parece ser gallego también, que no ha inventado nada. EN Galicia hay varios restaurantes de este tipo, y concretamente en Santiago está Casa Marcelo desde hace años, y ahora que conozco los dos me atrevo a decir que le han copiado. Es lo mismo: sin carta, buenos vinos, y un menú que depende de lo que haya en el mercado. Bien, pero tampoco para tirar bombas de palenque que de novedoso lo justo. ¡Parece mentira que en MAdrid no estuviera ya inventado! Y eso que los gallegos estamos a la cola del mundo! Ya ya

Apenas tres meses de existencía para este pequeño restauranre de oferta rupturista.Menú unico (2 entranres,1 pescado,1 carne y postre)que varía diariamente.Manuel,su cocinero,es afable y tiene claro lo que quiere.Buenas y sencillas materias primas y platos que transmitan sabores nitidos.Buena elaboración y presentación,quizas algo escasas las raciones.La carta de vinos es corta,algo que Manuel achaca a la falta de espacio y que espera corregir.Servicio correcto,tanto en comida como en el vino para el precio a pagar:32Eur+bebida.

Lugar muy agradable y prometedor, el servicio flojo tirando a mal, el menú único y degustación cambia cada día y depende de la compra en el mercado, nos gusto mucho, es amplio y bien recreado con las mezclas justas sin esconder los sabores, el servicio de vino le falta evolucionar, pero bien, tenemos que seguirlo.

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