Al más puro estilo sushi-bar, con cinta transportadora alrededor de la cual se dispone una amplia barra y taburetes, se erige este templo del tapeo de la isla. Tapas de autor con excelente materia prima, exquisita presentación y combinaciones acertadas y exquisitas. Foie con jamón y viera (quién da más en un mar y montaña), tapenade con gamba y mango... son algunos de los ejemplos de esta cocina en miniatura de gran calidad y atractivo.
Todo esto en una entorno muy cosmopolita, decoración moderna, buena iluminación y la máxima comodidad que se le puede pedir a un local como este en el que debes encaramarte a un taburete para comer alrededor de una barra.
El único pero, aunque para mí muy grave, es el servcio del vino. Vino por copas o botella completa servida en vasos chatos de cristal a una temperatura excesiva, por lo que la acidez de mucho de ellos te acompaña durante toda la noche. La mejor opción copa de cava que está en la cubitera.
Excelente RCP