Local sobrio que recrea las antiguas casas japonesas. Sin mantelería aunque con moqueta, sillas y mesas mediocres. Propuesta gastronómica interesante, tanto en cantidad y calidad. Pescado fresco con un toque de picante, quizás demasiado porque no lo pedimos así. Aperitivo de tapas japonesas regulín, Fideos flojos, brochetas excelentes y postre regular. En definitiva, un restaurante diferente por la ambientación, auténtico, sin lujos y cuenta final de precios correcta por lo comido. Lo peor el servicio, despistado, mediocre en profesionalidad, aunque amable.

Otra vez en este fantástico restaurante. Fue el primer japonés que visitamos y ha conseguido engancharnos a su cocina. Sala con varios ambientes, fumadores, no fumadores y salas para comer al estilo tradicional. Personal muy amable y como siempre muy profesionales. Montaje adecuado con buenas copas. Cocina japonesa tradicional con el mejor producto. Esta vez nos decantamos por la “founde japonesa” nos encantó, deliciosas verduras y carne cortada finísima y con un sabor delicioso, como postre helados que dan un punto de frescor para terminar después de un homenaje. Carta de vinos corta pero con la que se puede comer perfectamente.

Estuvimos en el tepanyaki de este restaurante. Pedimos uno de sus menus degustación y la verdad es que quedamos gratamente sorprendidos por la ejecución de los platos por parte del cocinero que teniamos ante nosotros. La comida resultó sorprendente y apetitosa.
Fuera de carta, nos pusieron un foie exquisito (cosa un poco extraña en un restaurante japonés).
El servicio atento, aunque no muy profesional. Como en casi todos los japoneses, lo más flojo fueron los postres.
Muy recomendable.

Restaurante japonés de toda la vida. Buena calidad de materia prima y propuesta culinaria más que correcta. La carta de vinos es un poco floja, francamente, pero entiendo que en un japonés, donde ves que el 75% de las mesas pide cerveza japonesa (por cierto, siempre buena). Es normal que la carta de vinos sea mediocre. El local me pareció pobre, minimalista y poco acogedor. El servicio es frío y distante, aunque el maitre fue simpatico con algunas mesas. No es barato, pero estás comiendo pescado fresco y bueno. Si buscas un espacio sofisticado y un servicio de primera, no vayas, si quieres comer bien, sí.

Fuimos un grupo de seis y realmente lo pasamos en grande, contando que dos de ellos era la primera vez que iban a un japonés. Restaurante exquisito. Estuvimos en las planxas, fue divertido ver como el cocinero lo hace absolutamente todo delante tuyo, cortar y cocinar. El local es agradable con tres ambientes. Algo caro, pero vale la pena. Saludos

Pedimos dos menus degustacion,apqritivo y 6 o 7 platos...
lo encontré monotono y repetitivo,nada estaba mal pero no habia variedad,el los sushi y sashimi por ejemplo! solo han empleado 3 tipos de pescado: caballa,salmon y atun....poco segun mi punto de visto para un menu con tanto platos y q vale 55 euros mas iva!!! me esperaba algo mas

El servicio lo encontré frio,no explicaron ningun plato....

La proxima vez pediré carta,esperando q sea mejor....

Local de ambientación Japonesa-Minimalista muy pero que muy bien conseguido posee 3 ambientes bien diferenciados, la barbacoa, la sala central y la zona de reservados dónde se come en intimidad y exactamente igual que en Japón. El personal es muy eficiente, el maitre os aconsejará de manera perfecta captando al vuelo vuestros gustos y si andais un poco despistados como era nuestro caso, se agradece mucho. De la comida sólo decir que se nota materia prima de primera calidad y exquisita, de hecho consiguieron hacernos devotos de la comida japonesa en una noche, nos hicieron un menú degustación que tenía de todo incluída carne -buey con salsa de soja- y pescados variados así como marisco. El servicio del vino es bastante aceptable, copas Schott, Tª buena y carta corta pero bastante bien seleccionada con vinos clásicos y alguna sorpresa a precios x1.5 tienda. Precio con vino (tinto del Priorato en nuestro caso) 110€x2. Volveremos.