Restaurante Submarino Oceanogràfic en Valencia
Restaurante Submarino Oceanogràfic
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
45,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
62 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
5.1
Precio medio entorno ENTORNO
8.5
RCP CALIDAD-PRECIO
4.1
Tataki de atún a la brasa con mango y salsa kabayashi
Arroz de marisco
Guiso tradicional de manitas de cerdo, cigalita de playa
Vista aérea Rte. Submarino
Exterior Rte. Submarino de día
Exterior Rte. Submarino de noche
Oceanogràfic de noche
Interior Rte. Submarino
Interior Rte. Submarino acuario
La lampara central, ocupa casi toda la sala. Impresionante
La barra, al fondo los acuarios, también se ve un poco de la lampara.
Canelón de pollo con bechamel y manzana verde.
Opiniones de Submarino Oceanogràfic
OPINIONES
41

Por motivos de trabajo conozco muy bien este restaurante, pues es un lugar habitual donde llevar clientes.
Me parece que la cocina que ofrece este restaurante es de bastante calidad, al igual que original y bien presentada. Las elaboraciones están muy cuidadas y la carta de vinos es extensa y con muchas referencias de calidad.
Ahora bien, el precio no es acorde a lo que se come, en esto estamos de acuerdo, pero tal vez se esté pagando también el entorno en el que nos encontramos. Siempre que he ido he pagado con tarjeta de empresa, pero desde luego si tuviera que pagar yo, conozco muchos lugares donde comer por menos dinero y con esta calidad.

En un entorno fuera de lo comun rodeado de un cardumen constante a contracorriente y pequeños tiburones a su son. ofrece una carta amplia con entrantes de altura.
ideal para una visita al oceanográfico y como guinda.Si vas con niños es my agradecido ya que el espectaculo de lo peces rodeandote es un entretenimiento constante para ellos.
volveré.

No añadire mes leña de este arbol sin recuperacion. Doscientos treinta euros por dos menus y un buen vino. No son para comerte una gamba congelada, una carne pasada de coccion e insipida y platos con muchos satelites sin sabor. Se tota interes en la cocina, pero jamas materias primas para precios de un dos estrellas. La atencion del vino es mediocre. El año siguiente lo intentare otra vez. espero el tiempo les de una reflexion.

Acudi pensando que con el cambio de cocinero habria ganado en calidad. Me ha defraudado. Enyrantes muy flojos: Vierias y raviolis de taxangurro con muy poco sabor, buñuelos de foe con rebozado con sabor a frito. En este aprtado se salva el huevo con setas.
Segundos asi mismo insipidos (rodaballo y solomillo) y el arroz de bogavante con buen sabor pero pasado de coccion. Buenos postres, imaginativos y diferentes. En lo que la comida se refiere poca creatividad y menos sabor.
El servicio del vino es practicamente inexistente, limitandose a tomarte nota y servir . carta de vinos bajo mi punto de vista poco trabajada.
Servicio muy flojo. Tan solo pondre de ejemplo que al querer pedir una botella de agua a una camarera su respuesta textualmente fue : "Se lo piden a su camarero".
En resumen muy lejos (salvo en el importe de la cuenta) de un buen restaurante.

Restaurante en proceso de cambio. Vicente ha empezado a tomar decisiones y eso se nota. Hay savia nueva en el personal. Fué una cena redonda. Me entusiasmó el canelón de aguacate con cabracho. El local es espléndido y el servicio fantástico. Quincha Corral para acompañar que estaba estupendo, si bien le faltaba un poco de temperatura, lo cual fue solucionado rápidamente. La carta de vinos es muy buena, con una presentación impecable. Recomendable.

De momento el poder tener una mesa me costo Dios y ayuda, creia que el local seria mas pequeño pero el dia que me dieron mesa me choco mucho tan larga espera (no creo en absoluto que este lleno tantas veces entre semana y en pleno invierno).
Al llegar nos sentamos casi donde quisimos porque la recepción fue nula, el servicio del vino muy pobre, casi nos lo sirven con los postres; todavia estoy esperando la cerveza que pedí de aperitivo, la vajilla creo que el anterior cliente se quedo con hambre y la mordio, la comida fria, lo unico aceptable la cristaleria; con todo lo dicho, me parecio excesivamente caro para lo que nos ofrecieron en conjunto y lo que nos hicieron sufrir para tener una mesa.

Comer en este restaurante no da derecho a visitar el parque, ya que aunque está situado dentro del Oceanogràfic, es independiente de él, ya que no está gestionado por la misma empresa. De hecho, normalmente en la puerta del restaurante, en compañia de la recepcionista, hay un guía del parque, que al salir los clientes les da la opción de comprar la entrada o de acompañarlos amablemente hasta la salida.

2ª visita y justa rectificación!
He de empezar diciendo que por definición siempre he sido contrario a este tipo de restaurantes y sin embargo en esta ocasión me he llevado una grandísima sorpresa!
El espacio es realmente bonito, onírico y vanguardista, cuidado en extremo y realmente confortable, la disposición de la mesas es muy buena y la atmósfera muy propicia!
La bodega magnifica, la vajilla, la mantelería, el coperío y la cubertería perfectas, la comida es correctísima, bien las entradas y atenciones, muy correcto el meloso de bogavante y acertados los postres.
Sin duda han tomado nota y es obvio que han mejorado y mucho!
Incluso el precio es correcto si tienes en cuenta que reservando y comiendo, tienes entada libre para el oceanografic.
Rectificar es de sabios y justo es reconocer los esfuerzos de quien quiere mejorar.
En definitiva, una opción muy atener en cuenta para ocasiones muy especiales de empresa y/o homenaje!

2ª visita, la comida bien:foie bien y abundante, buenos ibéricos y un arroz con bogavante espectacular y riquísimo; postre ramplón. Los PEROS: el arroz llegó casi frío. El medio bogavante no se podía abrir a mano, y los camareros, insensibles ante los obvios e infructuosos esfuerzos de los comensales, no hacían nada. Tuve que pedir pinzas 3 veces. Cuando llegaron, el bicho estaba completamente frío. Entonces, el remate: en lugar de traer AUTOMÁTICAMENTE unos boles con agua de limón, lo normal en un restaurante de cierta categoría, los camareros miraban impertérritos la gente no sabía qué hacer con sus dedos pringados despues de haber manipulado el marisco. Lo pedí discretamente al camarero, y me dijo: "ah, se nos han acabado las servilletas húmedas", en un tono displicente, como si el fallo de previsión del restaurante fuera motivo de orgullo. Le dije que ese no era problema nuestro, que nos trajera algo para limpiarnos, e insistió: "si se nos han acabado las servilletas ¿qué quiere que haga?". El servicio sería mejor en un chiringuito de playa en pleno agosto. Por supuesto, hice que trajeran boles de agua (aún tuve que repetir la petición una 2ª vez). Llegaron despues del postre y a razón de 1 para cada 3 o 4 personas. En ese rato, vi como uno de los camareros hacía apartarse al alcalde (como digo, de una gran ciudad europea) que estaba de pie momentanemante, cos modos, haciendole notar que molestaba ahí. Pedí ver al maître, dos veces. No vino. Horrible s

Comulgo con parte de lo anteriormente dicho... El submarino a dado mucho que hablar, y no precisamente bien.. NO obstante, en mi ultima visita, la cocina habia mejorado muchisimo, y me consta que el chef a cambiado. Espero que esto sirva, para mejorar otros aspectos, como el servicio, que en especial se ve descuidado en el "maitre" que solo se paseaba por el local, en vez de solucionar problemas que se veian a simple vista

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