Templo del chuletón en Madrid pero en el que no desmerecen otros platos. Decoración clásica, sin lujos pero confortable. Destacar la chistorra que te ponen de aperitivo, maravillosa. Entre los primeros recomiendo compartir (si luego se pide el chuletón) unas alubias de Tolosa, que vienen con su tocino, berza, morcilla. Muy finas y suaves. No desmerecen para nada los espárragos ni los cogollos de Tudela. En los segundos platos la carta es escasa pero contundente: chuletón, entrecot, merluza rebozada (sí señor, como debe ser, esos lomos deliciosos), rape y poco más. No hay que olvidarse de pedir los pimientos rojos asados y ...ponerse de rodillas ante ellos!!! ¡Qué maravilla!
Postres caseros a base de queso de idiazabal, milhojas, natillas, canutillos y tejas, etc.
Carta de vinos bastante aceptable. Nosotros pedimos Finca Sobreño Selección Especial del 99 y estaba correctamente servido (aunque sólo les quedaba esabotella nos dijeron).
Precios algo elevados pero merece la pena pedir el