El paseo marítimo de Canet, como todo paseo marítimo, está repleto de casa de comidas, elevar a alguno de estos chiringuitos al nivel de restaurante es algo que me cuesta.

Tras unas cuantas visitas, Pez Espada es probablemente la mejor opción junto con Marblau, aunque el precio de éste es más elevado, también el entorno es mejor.

Pero en Pez Espada se come bien, las tapas de siempre bien hechas, sin excesos de aceite y la fritura casera. Los calamares a la romana o las puntillas son un claro ejemplo, rebozado en la cocina y freidura limpia y a buena temperatura. El secreto de estos platos es querer hacerlos bien, y aquí lo saben.

La mejor opción es optar por el rodaballo a compartir, una pieza de entre 1,5 y 2Kg que para tres o cuatro personas es más que suficiente si se piden algunos entrantes.

En verano, como en todas partes en la playa, se está algo justo de espacio entre mesas. Hay que entender que la temporada alta dura lo que dura y el invierno aquí es duro para los negocios de playa. Te compensa la vista del mar y la brisa, que refresca la comida o la cena.

Servicio de vino muy mejorable, tanto en carta como en calidad de copas, pero los camareros son amables y, pese a ir en verano, tratan de que las esperas no sean excesivas, te atienden con una sonrisa y son cercanos.