Con los vinos no me ocurre porque dispongo de un espacio limitado. Otra cosa son los libros, que ocupan la casa con total naturalidad. Hay veces que pienso que el refrán "Como Pedro por su casa" debería cambiar a "Como libro por su casa". Sé que no los voy a leer todos y aun así me empecino en guardarlos y en comprar más ( a veces me regalan también).
Respecto a eso de que no conoces a nadie que no quiera beber los vinos que colecciona, hace tiempo leí de un francés que, especulación mediante, había logrado una cantidad impresionante de burdeos y que pensaba hacer un museo con ellos. Tenía varios cientos de botellas, que no se iba a beber nunca por aquello de tener un museo.