Descubrir tintos con este arraigo al terruño es un placer, un vino donde luchan por ser protagonista la tipicidad y su mineralidad, un vino que nos recuerdan a la textura sedosa de muchos grandes vinos franceses. Su nariz es fiel reflejo de fruta negra con buena madurez, lleno de especias y matorral, en boca fresco, con volumen y amplitud, que no estructurado, taninos finos pero presentes. Sin duda un gran tinto.
Disfrutado en Restaurante Bienmesabe junto a una de sus afamadas cucharas.
30 Copelos 2011 by akataVino
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