Picota con ribete amoratado y capa media-alta.
Gran intensidad en una nariz que denota complejidad y profundidad a partes iguales. Nos encontramos una fruta perfectamente definida sobre un nítido fondo mineral y volcánico, con esos toques ahumados y de pólvora tan habituales en estos vinos. Aparecen igualmente los recuerdos especiados, balsámicos y de regalices, además de los ahumados y las trazas de tabaco. Muy complejo.
En boca muestra su fuerza y estructura, es el vino con más peso del productor, notándose la calidad de la parcela. Tiene acidez y es un vino potente y a la vez elegante, con carga de terruño y ante todo muy original, que deja en el final los recuerdos ahumados, especiados y minerales, con un tanino firme y noble y una larga persistencia.
El Ciruelo es la parcela más completa de esta bodega según nos comentó Roberto, su enólogo, y lo cierto es que el vino da un plus de profundidad con respecto a sus hermanos de gama, siendo un vino de gran seriedad y prestancia, un tinto sólido y con una gran carga de terruño. Muy bueno. Unos 34 euros, no es caro para su gran nivel.
La producción de Los Pasitos es de únicamente 620 botellas, aunque la de El Ciruelo tampoco es muy grande ya que es de unas 1950. La uva Baboso Negro es a la vez bastante delicada de cultivar.
Pero de todas formas es la primera añada de ambas referencias (bajo estos nombres ya que por ejemplo la parcela El Ciruelo fue la de Candio 2008) con lo que el precio no lo hemos podido basar en mucho más.
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