Un clásico reconocible

Rubí con ribetes atejados, capa media-alta. Ligeramente turbio.
Nariz con intensidad, algo sucia en un inicio pero que poco a poco mejoraba en la copa. Notas especiadas, maderas viejas, ahumados, animales, cueros. Con el aire iban apareciendo los recuerdos de frutas licorosas, herbáceos, cacao y tabaco de pipa, con algunos atisbos de frutas muy maduras y tierra mojada. Complejo y muy reconocible.
En boca destaca por su acidez y su viveza, parece un vino en plena forma y perfectamente accesible en estos momentos, redondo, con elegancia, se bebe de maravilla. Final largo donde vuelven los recuerdos terrosos y especiados, con un tanino fino y perfectamente integrado y dejando una buena persistencia.
No cabe duda de que hablamos de una referencia de las importantes en Rioja y un vino que ha llegado en plenitud de forma a esos 43 años. Botella muy bien conservada y corcho perfecto, salió bien y a la primera, pocos posos y una cierta turbiedad. Una gran referencia y una botella de las buenas.

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