Me ha gustado mucho

Color picota intenso de capa alta y con mucha lágrima. El olor es intenso y evoluciona tras un primer momento de un marcado e intenso caracter especiado hacia la presencia de frutas negras (moras y arándanos), cacao y notas minerales y balsámicas . Es un vino muy elegante en nariz que gana si lo dejamos oxigenar al menos una hora. En boca es contundente, amplio, graso pero a la vez con una frescura que no delata su grado alcohólico. En definitiva, aquellos que paseis por un aeropuerto español estas vacaciones lo encontrareis por 9 euros que es un magnífico precio para un vino que me ha divertido. Por cierto que no tengo la certeza de que haya salido de las manos de Ignacio de Miguel pero es un vino que me lleva a pensar en el selección especial de Martue o en El Regajal.

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