El San Román más fino que recuerdo

Hasta la capa (media) ya nos hace ver que hay mucha menos extracción que otros años. Algo parecido sucedió con el 2011. El ribete es rosa, está limpísimo y encontramos mucho brillo.

La nariz es sensacional: flores de invernadero, fruta negra en óptimo estado de madurez, especias punzantes que llegan muy adentro, regaliz, cedro, muy poco rastro maderoso y ninguna presencia láctea. De verdad que no la noto. Todo ello cubierto por una importante dosis mineral.

Pese a que está recién embotellado ya se bebe que da gusto; el paso es rectilíneo, posee una amalgama de frutas (moras sobre todo) muy conseguida, tiene mucha acidez, los 14.5º están ahí pero se aguantan de maravilla, no hay barrica... en definitiva, las sensaciones son tersas, frescas, nítidas e incluso fluidas aun para tratarse de un Toro.

Postgusto primario muy largo.

Rotundamente afirmo que es el SR más fino que me he echado a la cara. Un vino para quitarse el sombrero y a la los grandes tintos mundiales. Tal cual.

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