Buen verdejo, pero a falta de atemperarse
Verdejo ecológico asequible (8,00 €, aprox.), procedente de viñedos de más de 40 años de edad.
Todos los vinos de la Bodega Herrero me gusta dejarlos tiempo para que atemperen la racialidad y explosivo ímpetu, demostrado ya en sus añorados Pie Franco (ahora en manos de Martúe) que dejábamos 4 ó 5 años y estaban exquisitos. Incluso los más humildes Atino o Erre, engrandecen sus características con un añito o dos de reposo EMHO.
Yendo al vino en concreto, me reafirmo en que es un bebé y además con mucho carácter (igual que cualquier Riesling del año).
A la vista es de un amarillo pálido, con destellos verdes, acerados, limpio y brillante, capa invisible, de lágrima abundante, lenta y con volumen. Los 13,5º no se esconden para nada en la copa, desde el momento que se sirve.
En nariz da notas a hierba recien cortada, jenjibre, balsámicos de hinojo y anis estrellado, manzana verde y un final a piedra de rio mojada, muy mineral.
En boca entrada fresca, densa, golosa y plena, con una acidez, casi cítrica (ralladura de lima) marcada, ligero amargor residual que limpia las papilas.
Dado que he comprado varias botellas, les daré bodega para calmar la fase nasal y gustativa y acabar redondeando este maravilloso producto.
