Me gustó mucho este tinto sardo, con el estímulo ademá que la Italia enológica sigue siendo para mí una gran desconocida.
Botella bordelesa, etiqueta simple, contraetiqueta con información escueta pero útil y recomendación de temepratura de servicio muy concreta, en italiano e inglés.
Color rojo cereza, menisco malva, lágrima abundante.
Nariz confortable con predominio floral.
En boca es para mí difícil de definir al ser sabores a los que no estoy acostumbrado, en todo caso está rico, pleno y de correcto posgusto. En boca me recordó un poco a un buen Pinot noir pero más subido de todo, color y sabor.
Este es uno de los puntos fuertes de Verema, facilitarte probar caldos que de otro modo sería imposible, al menos en mi caso.