Fuego Lento grata sorpresa.

Cereza picota, negro, oscuro de buena capa y lagrimas eternas.

Se siente la fruta en sazón, el negror. El alcohol sobresale un poco, no hiere. Palpas las ciruelas, la mora y el arándano, se sienten y se quedan también algo enceradas en ese conjunto concentrado y musculado, es como un agujero negro que lo engulle todo.

Entra armado, es denso, canalla, con garra, la boca tiembla y cuesta retenerlo. El tanino marca y señala, da personalidad y se trama con la fruta carnosa y bien madura e incluso en mermelada, es cremosa. La acidez trabaja, nivela y equilibra la fuerza y el nervio del vino. Necesita tiempo para poder darlo todo y afinar (si cabe) el contenido, ahora es una pena...

a no ser que no te importe y lo quieras disfrutar tal cual es.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar