Una bruma de levaduras

Porque menudos aromas y gustos a levaduras... Lo tapa casi todo. Era como oler masa fresca mientras fermenta.

El color prometía, con un amarillo pajizo con destellos dorados. Se notaba una burbuja fina y juguetona.

Las levaduras se intuyen ya tras el descorche, pero es que ni dándole muuuuuuuuuuuuuuuucha aireación. Es más, al día siguiente la botella aún huele a esas levaduras. Pero volvamos a la cata del día. Esas levaduras lo inundan y tapan todo, descubriendo de vez en cuando algo de fruta blanca, anisados, mentolados, un toque cítrico... Poca cosa más se podía olisquear.

En boca mejoraba, con unos buenos amargores, cítricos bien maduros, toques de fresa ácida, balsámicos y anisados, notas minerales... pero cuando lleva el retrogusto, te tapa todo la levadura de nuevo.

Es una pena porque parece que esta botella estaba algo tocada, pero el espumoso prometía....

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