Pureza y sofisticacción

A pesar de que evidentemente se encuentra en un momento de cata todavía muy alejado de su máxima expresión, el vino muestra un esqueleto, una estructura, una limpieza y una potencia, propia de los grandes.
Con una larga crianza en madera, que todavía permanece muy presente. También deja entrever gran expresión frutal, y una notable complejidad.
En boca es gordo, potente, voluminoso, y muy muy redondo.
Buena acidez y largo en su desarrollo, nos recordó a los mejores vinos de principios de siglo, manteniendo su carácter ribereño, y algo 'modernito'.
MUY bien.

  1. #1

    José Gabaldón

    Me alegra leerte, he recibido hoy mi botella, yo intentaré aguantarla por lo menos unos meses.
    Un saludo.

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