Nariz intensa, hay suaves notas tostadas y algo de frutos secos sobre un fondo con matices cítrico, algo de fruta blanca madura y cierta sensación milenrama en el fondo. Sin duda es todavía muy, muy joven, pero ya muestra la presencia característica de los vinos de la bodega. En boca tiene muy buen entrada, hay materia pero su intensa acidez es el motor que lo dirige en el paso por boca que junto a sensaciones minerales le dota de profundidad sin renunciar a notable frescura. Hay cremosidad y una estructura que resulta a la par firme y ligera.
Muy jóvenes estos blancos, ¿no? Recuerdo por la última vez que fui que Carlos Orta tenía algún blanco más maduro, de los años 90 o primeros 2000, lo que no sé es si es si le quedarán o los habrá subido de precio, en cualquier caso y aunque sea joven poder tomarte un Coche-Dury o un Ramonet siempre es un lujo…
Saludos,
Eugenio.
"Muy" no es la palabra... me quedo con "demasiado". No, Carles sigue teniendo unos precios increíbles en el vino, pero éramos solo 3 y nos apeteció probar 3 cosas así que elegimos añadas que cuadraran con un presupuesto afrontable... Todos excelentes pero claramente en proceso de definición. Así es la vida del "pobre", se queda casi siempre a las puertas de lo mejor si es que alcanza lo bueno... Por cierto, fueron 40 el Ramonet y 80 el Coché Dury (+IVA).
Bueno, que os quiten lo “bailao”, aunque excesivamente jóvenes son muy buenos vinos y lo de los precios…la verdad que son para aprovecharlos en la medida de lo posible.
Un saludo.
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