Estos Diamante viejos tienen una variedad cromática increíble. El 74 de hoy es casi ámbar y muestra una limpieza (seña habitual de la Casa) a prueba de bombas.
Cítricos, orejones, carne de membrillo, hojas de sen, Roscón de Reyes, alfajor, agua de azahar, miel, especias dulces infusionadas, ebanistería y botica.
Un semidulce de libro: comienzas el trago con la impresión de que va a ser más opulento, pero se corta a la mitad, dejando sensaciones de nitidez y frescura. Resalta su enorme acidez, parece como si hubiera sido embotellado hace unos meses. Las notas continúan el camino marcado en la fase anterior y presentan recuerdos navideños.
Final perfumado que no acaba nunca.
Prestancia y carácter dignos de elogio, creo que en aquel entonces salían al mercado con siete años de edad. Un pasado que desgraciadamente ya no volverá.