Largo y con impronta.

Abro esta otra botella dos años más tarde desde la anterior y la noto más ribereña, con aromas de frutillos silvestres de espectro negro sobre notitas de sotobosque, tostados y sensaciones terrosas. En boca es rico, muy sápido, estructurado y con unos taninos que tienen a dulcificarse en el posgusto, la retronasal si es más madurita y mentolada.  Largo y con impronta. Todo lo demás permanece parecido a la anterior cata, pero si reconozco que esta botella me ha gustado mucho más. Si tenemos en cuenta que tiene una crianza de 9 meses y la fecha en la que estamos, la uva base de este vino tuvo que ser muy buena, ya que lo noto muy entero y estructurado.

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