Veinte días después.

Otra botella degustada y que me ha alegrado el día, más bien dos o tres días que es lo que suele durarme.

Ahora si que creo que ésta es una de mis últimas botellas, no tengo esperanzas, por lo visto y recorrido, que vuelva a encontrar esta añada, que dicho sea de paso, lleva varios meses agotada en bodega.

Las sensaciones totalmente iguales a las indicadas más abajo. Vino frutal y fresco tanto en nariz como en boca, con buena acidez y fácil de beber.

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