Una parada técnica en este bar de tapas de toda la vida bastante recomendable a pesar de la espera y del bullicio. Aunque disponen de un local más moderno en la Plaza Nueva, nosotros visitamos el de la calle Navas 28, mucho más clásico y pequeño (pero es el de toda la vida). Nos hicimos un hueco en la barra y empezamos a disfrutar del ambiente y de las tapas que en la mayoría de los casos giran en torno de la fritura. Desde luego no recomendable para los que buscan el disfrute sin ganárselo a pulso.
Nosotros tomamos para tres personas:
- Ración de calamares como de los que ya apenas se pueden disfrutar en Madrid. Anillas no muy grandes pero con un punto de fritura muy bueno.
- Ración de berenjenas: Berenjenas troceadas en bastoncillos y fritas sin una gota de grasa. Nos recomendaron echar un chorrito de miel de caña y a disfrutar.
- Media ración de navajas: Una docena de bivalvos de tamaño mediano pero soberbiamente pasadas por la plancha. Muy frescas, limpias y sabrosas. Éxito rotundo.
Por supuesto, acompañando a las cuatro cañas fresquitas y dos refrescos que pedimos, nos tomamos las tapas que nos iban poniendo como "detalle de la casa": rosada frita (plato que bien pudiera haber pasado por una ración en muchos puntos de la costa andaluza), gambas fritas (qué ricas !!!) y chirlas salteadas con ajito.
No puntúo el apartado de vinos, pues apenas tienen oferta de vinos salvo algún Rioja o Ribera de supermercado. Aquí manda la cerveza de barril.
Precio final: 40.70€ (inc. IVA, servicio del pan y la bebida).
Nota: Después de visitar varios locales de tapas en Granada, este puede ser uno de los pocos que conocimos donde las tapas merecen realmente la pena.